Las Memorias de Ambrosio Salazar
En homenaje a las “Bodas de Plata” de la Orden de la Legión Mariscal Cáceres, celebradas el 2010, cuatro distinguidos miembros de la Orden: el historiador Luis Guzmán Palomino, Juan José Rodríguez Díaz, Milagros Martínez Muñoz y Jorge Barrantes Arrese, han publicado un interesante libro titulado LA PRIMERA MEMORIA DE CÁCERES Y OTROS DOCUMENTOS RELATIVOS A LA CAMPAÑA DE LA BREÑA (1881 – 1884), encomiable esfuerzo digno de todo elogio.
En este importante libro, sin embargo, hay algunos asuntos referidos a la obra del historiador concepcionino mayor Eduardo Mendoza Meléndez que, a nuestro juicio, no se ajustan a la verdad. Se dice, por ejemplo, en la p. 46, que las “Memorias sobre la Resistencia de la Breña” del comandante Ambrosio Salazar y Márquez, “… en realidad no existen y que solo han sido infeliz creación del mayor Eduardo Mendoza Meléndez…”
Las “Memorias sobre la Resistencia de la Breña” del comandante Ambrosio Salazar y Márquez es el título simplificado por el mayor Eduardo Mendoza, porque el título original es muy extenso, dice así: “Historia de la Épica Resistencia de la Breña durante la brutal conquista llevada a efecto por las hordas de Chile, en 1882 y 1883”. El mismo Salazar llama, también, simplemente “reseña histórica”, cuando señala en la página 39 de sus MEMORIAS… publicadas por el mayor Mendoza: “Necesitamos, pues, poner de relieve esos hechos, realizados en aquella luctuosa época, cuando no todos estaban dispuestos, á afrontar la muerte, por defender la honra nacional; á fin de que, los ignorantes osados, que hablan de lo que solo tienen ligera idea, sin datos auténticos…, á las generaciones no coetáneas de ese magno acontecimiento patriótico, que, aún está pendiente del juicio de la historia; si no se consignaran tales hechos, con toda fidelidad, quedaría en blanco, la página más saliente de la historia nacional, durante la infausta guerra del 79; á ese fin tiende, la presente reseña histórica.”
Decir, entonces, “que solo han sido infeliz creación” del mayor Mendoza es un cargo muy serio que debe ser aclarado, porque no nos parece correcto que así tan ligeramente se tilde de inventor de una historia falsa a un militar de carrera, historiador, particularmente, de la Campaña de la Breña. La obra del mayor Eduardo Mendoza tiene el mérito de ser el primer trabajo mejor estructurado y de haber esclarecido cuántos hechos de la Campaña de la Breña desconocidos hasta época reciente y fue, precisamente, que a propósito del Centenario de la Heroica Resistencia conducida por el inigualable Mariscal Andrés Avelino Cáceres, dio a conocer a la opinión pública en su HISTORIA DE LA CAMPAÑA DE LA BREÑA, cuya primera edición de 1980 sirvió de guía para que los miembros de la Comisión Nacional del Centenario de la Guerra del Pacífico, incluido Mendoza, entre otras acciones, hiciera el recorrido que el entonces General Cáceres con sus huestes hizo durante la Campaña de la Resistencia, porque antes de la obra de Mendoza no existía una historia de la Campaña de la Breña completa, ordenada, bien documentada y que incluía descubrimientos de hechos desconocidos hasta entonces, producto de una prolija investigación y el acopio de numerosos documentos oficiales y testimonios de gente mayor que recibieron el mensaje directamente de Ambrosio Salazar y de algunos sobrevivientes de la guerra, como el subteniente Juan Nicanor Castillo, entre otros.
“Resulta un tanto difícil –dicen los autores del libro- creerle a Mendoza Meléndez cuando refiere que su presunto autor, Ambrosio Salazar, “se resignó a venderlas, por una módica suma (100 soles) en 1938, a un joven amigo, el profesor Lorenzo Alcalá Pomalaza”. El educador Lorenzo Alcalá Pomalaza y el propio mayor Mendoza, reconocidos por toda la ciudadanía de la provincia de Concepción, son personajes insospechables de proferir alguna mentira o falsear los hechos deliberadamente. No es aventurado decir que todos llevamos en la mente y el corazón la imagen de uno o más maestros, quienes formaron nuestra alma en la etapa primaria de nuestra educación, de la palabra de esos hombres no se suele dudar, y uno de ellos es Lorenzo Alcalá; el hombre más correcto para quienes lo conocieron de cerca; por lo tanto, resulta innegable que él haya sido el depositario del documento histórico de extenso título o como llama Mendoza “Memorias sobre la Resistencia de la Breña” del comandante Ambrosio Salazar y Márquez, redactado en 1918 por Juan Pablo Salazar, hermano del vencedor de Sierralumui y Concepción, como tampoco se puede dudar de la forma cómo llegaron a las manos del mayor Mendoza quien, a su vez, las donó al Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, tal como lo cuenta en su “Historia de la Campaña de la Breña”.
Otro dato importante, en setiembre de 1882, dos meses después del combate de Concepción, el mayor Melchor Ramírez, segundo jefe del batallón Pucará, publicó en el Nº 26 de la revista “Perú” de Tarma, una nota explicando los pormenores del consejo de guerra de Lastay y el acuerdo final, después de una prolongada discusión, de atacar al destacamento chileno acuartelado en Concepción, a instancias de Ambrosio Salazar, texto concordante con la aludida “Memoria” de Salazar (reproducida en la Historia de la Campaña de la Breña de Mendoza, 2da. Ed., 1983, pp. 401 – 404, y en la 3ra. Ed. de 1993); sin embargo, nadie la desmintió, jamás fue rectificada, porque se ajustaba a la verdad. ¿Por qué, entonces, recién el año pasado, 2010, en que se publica el libro que comentamos, se viene a cuestionar la veracidad de estos hechos?
Otro dato que nos llama la atención se advierte en la p. 49, allí dicen: “Mendoza Meléndez ha llegado a decir que la Campaña de la Breña tuvo como punto de partida el combate de Sierralumi”. No es así. Mendoza dice en la p. 308 del tomo II de su 3ra. edición: “el ataque a la guarnición de Concepción se originó en la acción de Sierralumi. Y quizá, como lo afirma en sus memorias Salazar, “Sin el movimiento de Comas del 2 de marzo de 1882, no habría habido resistencia en el centro, ni Combate de Concepción”. Al decir “no habría habido resistencia en el centro” se refiere a la resistencia de los pueblos del valle del Mantaro y los departamentos del centro, no se refiere de ninguna manera a la Campaña de la Breña, que se había iniciado un año antes.
Recordemos lo que dice uno de los fundadores de la OLMC, Pablo Macera, en el prólogo de “Las Guerrillas Indígenas en la Guerra con Chile” de Nelson Manrique: “Los campesinos del Mantaro sintieron que el peso de la lucha recaía sobre ellos y que debían confiar en sus propias fuerzas”, y el autor del mencionado libro, dice en la p. 176: “El gran protagonista de la resistencia guerrillera del valle del Mantaro fue, pues, el campesinado indígena de las comunidades, quien tuvo la iniciativa y llevó el peso de las acciones sobre sus hombros”. Y, por su parte, el historiador Heraclio Bonilla, afirma: “Sin la participación del hombre andino la resistencia de la Breña no habría sido posible”. En este aspecto, la nación sigue en deuda con las comunidades del centro, porque hace falta reivindicar, no sólo a Marcavalle, Pucará y Concepción, sino a todos los pueblos del centro del país, por haber puesto el pecho, durante la Campaña de la Breña, siguiendo a su Taita Cáceres, hasta expulsar al ejército chileno del territorio patrio y salvar la dignidad nacional. Toda esta acción no se contrapone con la función del ejército, sino se complementa, haciendo más fuerte el concepto de unión entre el pueblo y la fuerza armada, es preciso forjar este concepto sobre todo en los momentos actuales en que, por un lado, la carrera armamentística de Chile es alarmante y, por el otro, los gobiernos peruanos no buscan el contrapeso y, más bien, están permitiendo la penetración de Chile en el Perú a través de sus inversiones.
Vamos a concluir citando dos documentos oficiales: en el Parte Oficial sobre los combates de Marcavalle, 2º de Pucará, Concepción y San Juan Cruz que el general Cáceres eleva al Supremo Gobierno en Lima, fechado en Tarma el 22 de Julio de 1882, dice: “El 10 (de julio) tuve conocimiento de la retirada emprendida por las fuerzas de Huancayo y de la toma del cuartel de Concepción, donde pereció toda la guarnición chilena al brío de los guerrilleros de Comas mandadas por el teniente coronel provisional don Ambrosio Salazar.” Más abajo, en el mismo parte, dice: “… réstame agregar que el ejército de línea es digno de todo elogio por la moralidad observada y el sufrimiento y resignación soportados con abnegación en esta ruda campaña; pero muy en especial debo llamar la atención del supremo gobierno el levantamiento en masa y espontáneo de todos los indígenas del departamento de Junín y Huancavelica prestando con su concurso valiosos servicios. Tal hecho es presagio de un movimiento y transformación unánime que en breve harán cambiar en la República la faz de la guerra actual.” Este cambio que se veía seguro no se dio por la traición de Iglesias con la apresurada firma del Tratado de Ancón.
La otra cita es de la proclama del general Cáceres en Tarma a los pueblos del centro después de las gloriosas acciones de Marcavalle, Pucará y Concepción, fechada el 28 de Julio de 1882, dice: “Jefes, Oficiales, guerrilleros:
Vosotros lo habeis hecho todo bajo la influencia y el apoyo del ejército del centro. Habeis dado con vuestro unánime y patriótico levantamiento una lección social sin precedentes en la historia del Perú. Habeis resuelto un problema nacional de incalculable trascendencia y vuestra noble actitud es el anuncio de un despertamiento general a la luz de un nuevo día de gloria y honor para la patria. Si los pueblos de toda la república imitaran con el mismo entusiasmo vuestro valeroso y heroico ejemplo, la nación quedaría bien pronto libre de opresión y la ignominia chilenas. Guerrilleros de Concepción: Estoy orgulloso de vosotros, y el país entero debe estarlo también. Si mi nombre, como lazo de unión patriótica, ha recibido nuevo lustre, por vuestros heroicos e insospechados hechos bélicos, ellos me obligan a proseguir como hasta hoy, en el futuro, por todos los senderos a través de todas las dificultades y sacrificios por sólo bienestar y dignidad del Perú.”
Más claro y rotundo reconocimiento del soldado más grande del Perú, no puede haber lo que, a nuestro juicio, despeja toda duda.
Lima, 25 de febrero del 2011.
Lope Yupanqui Callegari
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