martes, 15 de diciembre de 2009

El vóley en 1926

Huancaínas entrenaban vóley
con pelota de fútbol

(Publicado en la revista “Ondas Isabelinas” 2009)

¿Sabías amigo lector que un equipo de vóley de Huancayo ganó un campeonato en Lima?. Sucedió en 1926, cuando las alumnas de la Escuela Normal Elemental de Huancayo formaron un equipo de vóley para participar en el campeonato que ese año se realizó en la Capital. Los datos que reseñamos están publicados en la Revista del diario “El Comercio” de agosto de 1986, cuyo recorte en fotocopia ha sido proporcionado por el ex alumno isabelino Dalmiro Vivar Dávila, Prom. 1935.

Las integrantes del sexteto eran María Luisa Rodríguez de Aliaga, Emma Francesqui la principal matadora, Amanda Tovar Cacho, Amelia Moreno, Leonor Moreno y Consuelo Sánchez (ya fallecida). La distinguida educadora Mercedes Indacochea, directora de la Escuela Normal, era quien alentaba con mayor entusiasmo los entrenamientos de sus discípulas, que estaba a cargo del profesor de Educación Física Ricardo Menéndez, instructor del Colegio “Santa Isabel”.
Las integrantes de este sexteto, prácticamente dieron una lección a las capitalinas; “teniendo en cuenta que el vóley era una disciplina nueva que recién se estaba difundiendo en el país. Recordemos que fue inventado por el norteamericano William Morgan en 1895 y en el Perú sólo se había dado a conocer en 1910”, dice la nota.
El secreto del poderío de aquellas guapas chicas estaba en la preparación, con disciplina y sacrificio, al punto que entrenaban el vóley con pelota de fútbol. “Estiman que por esa razón todas se sintieron muy cómodas cuando en Lima las hicieron jugar con pelotas reglamentarias”. El debut fue en el gimnasio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos del parque Universitario, batiendo fácilmente al poderoso equipo “Luchad y Venced”, luego al sexteto de la Escuela del Rímac, al de la ”Pampilla” y a todos los demás participantes del evento.
“Estos resultados llamaron poderosamente la atención, sobre todo por la gran superioridad que mostraban las huancaínas quienes, desde el primer momento, se hicieron querer por su peculiar saludo en quechua: kimsa hurra, tuqui limeñacupa Chai, Chai Chai, chamichai”, cuya traducción es: “tres hurras por las limeñas bonitas, sí, sí, sí, sisi”. Al final formaron una selección con las capitanas de los mejores equipos limeños para enfrentarse al invicto huancaíno. Este partido, que despertó gran expectativa, también fue ganado por las jugadoras del Centro. Al desafío entró igualmente el sexteto del High School, centro de estudios que contaba con profesores norteamericanos, con los mismos resultados.
La premiación a las campeonas del evento fue en el Estadio Nacional, en cuyo estrado de honor se ubicaron el ministro de Instrucción, Dr. Alejandro Maguiña, el Dr. Augusto Peñaloza, diputado por Huancayo que donó medallas de oro, entre otras autoridades. Cuentan que por la hazaña les llovieron los agasajos. Los huancaínos residentes en Lima les dieron el homenaje correspondiente en el Club Revólver del Rímac; la Asociación de Maestros, en el Bertolotto de San Miguel; las alumnas sampedranas, en la Escuela Normal de San Pedro, etc.
En Huancayo, el recibimiento fue apoteósico, multitudinario, como nunca hubo una recepción igual, ni antes ni después, el pueblo en las calles con bandas de músicos, orquestas, arcos de flores en las calles por donde tenían que pasar, y cuántas otras formas de expresar el entusiasmo general y la gratitud a estas bravas chicas que fueron capaces de obtener el campeonato, nada menos que en la Capital de la República, hasta culminar con la premiación en el Palacio Municipal.
Oswaldo Reynoso,
la juventud y la corrupción

(Extractos publicados en la revista “Ondas Isabelinas” 2008)


-Maestro, ¿cómo fue su infancia? Le preguntó Tomacini Sinche López a Oswaldo Reynoso, después de la presentación de su libro “Narraciones 1”, que recopila los textos de sus libros “Los Inocentes”, “En Octubre no hay Milagros” y su único poemario “Luzbel” (“Expreso”, Lima, 21-02-2006).
El maestro respondió: Mi infancia transcurrió en Arequipa. Pertenezco a una clase media provinciana. Mis padres nacieron en Tacna y a raíz del plebiscito fueron a instalarse a Arequipa. En lo que se refiere a mi familia, esta etapa fue feliz y agradable, pero no en cuanto a mi formación religiosa, que estuvo a puno de malograr toda mi vida. Porque la religión católica es muy represiva y como siempre he dicho: “cuando me di cuenta que Dios quería destruirme, yo me anticipé y lo maté”.

-¿Qué opinión tiene del momento político que vivimos?
Hay una gran desorientación, un fracaso total de la clase dirigente y de sus instituciones. Ya nadie cree en nada. Estamos entrando en una crisis muy grave.
-¿Cree que hay una solución?
No la hay. Hace tiempo dije que si después de la caída de Fujimori no se emprendía una política verdaderamente profunda contra la corrupción, ésta seguiría durante 50 años más. Mire usted, no es problema de las leyes sino de conciencia. Los jóvenes y niños de ahora ven en los medios de comunicación la corrupción y la glorificación del delito. Un maestro como yo qué puede hacer frente a eso. Uno le dice a los alumnos que no hay que mentir ni robar y luego ven que los políticos roban y no les pasa nada. La labor del maestro es nula, ya que los niños crecen con los antivalores de la sociedad.
-¿Qué le aconsejaría a un joven que desea ser escritor?
Tres cosas: leer, leer y leer; escribir, escribir y escribir; y vivir hasta las últimas consecuencias intensamente.

De otro lado, en el diario “La República” del domingo 19 de octubre del 2008, el autor que ha logrado mostrar a sus personajes no sólo por su físico, sino también por la manera de hablar, particularmente por el empleo de la jerga, aparece en una entrevista con Pedro Escribano:
–Por Los Inocentes fuiste fustigado…
”Sí –responde Reynoso-, recuerdo mucho que en un programa de televisión me dijeron que en mi libro yo empleaba muchas groserías, palabras ordinarias. Yo le dije que no, que no encontraba palabras groseras. El que me entrevistaba se molestó, cómo es posible que usted niegue una cosa tan evidente, pues allí tenía mi libro y que por respeto al público decía que no iba a leer. Yo le dije que depende de la concepción que usted tenga de lo que es una palabra grosera. Y me pidió que diga cuál era mi concepción. Le dije, mire usted, la palabra justicia en boca de un juez que no hace justicia y que recibe coimas, es grosera. La palabra Dios en boca de un sacerdote que no lleva una vida correcta, esa palabra se convierte en grosería en sus labios. La palabra patria en boca de un militar traidor, es una tremenda grosería. Pero cuando a un muchacho de cualquier barrio pobre de Lima, alguien viene y le da un golpe y éste voltea y le dice “que te pasa concha tu madre”, esa palabra es buena porque le sale desde el fondo de su alma. Es una palabra sincera. Me sacaron del aire.”
-¿Lima ya no es una ciudad cucufata como era antes?
“Hay una anécdota muy bonita –responde Oswaldo Reynoso-.Me invitaron a un colegio porque los alumnos habían leído mis libros. Estaban el director, el subdirector. Los alumnos me hicieron preguntas muy interesantes. Un alumno pide la palabra y me dice, “mire, profesor, con todo respeto, en uno de sus libros hay un joven que se masturba en una plaza pública, ¿para usted la masturbación es buena o mala?” El director lo miró con furia, la directora no sabía qué hacer. Hubo un silencio total… Entonces les dije: cuando yo tenía la edad de ustedes, decían que a quien se masturbaba le crecían vellos en las palmas de las manos. Toditos comenzaron a verse la palma de las manos… (risas), también decían que se volvían locos y también se decía que quien se masturbaba se iba al infierno… ¿ustedes creen en el infierno? Se escuchó un rotundo ¡no! Eso me lleva a la conclusión de que esta juventud ya no es cucufata. Ah, les expliqué sobre la masturbación y el director se fue. Tuve que terminar la conferencia y salí solo, con los aplausos de los alumnos.
-¿Lima ya no es inocente?
Eso te da una idea de que Lima ha cambiado, ya no hay cucufatería. Ahora, el Señor de los Milagros es una tradición, claro, hay quienes creen, pero ya es otra forma de creencia. Es un ritual, como las fiestas patronales de los pueblos. La procesión en realidad es una feria.

lunes, 16 de noviembre de 2009

173° Aniversario del Nacimiento
del Mariscal Cáceres

(Pronunciado el 10 de noviembre del 2009, en la ceremonia
organizada por la Orden de la Legión Mariscal Cáceres,
realizada en la plaza Cáceres del distrito de Jesús María)

Agradezco a la Orden de la Legión Mariscal Cáceres por el honroso encargo de hacer uso de la palabra en esta fecha en que recordamos el 173° Aniversario del nacimiento del defensor de la integridad territorial y símbolo de la resistencia nacional, el Héroe de Tarapacá, la Breña y “Patrono de la Infantería Peruana”, Gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray.
El hombre predestinado para ser el soldado más grande, más genial y más extraordinario del Perú, nace en Ayacucho el 10 de noviembre de 1836. Sus padres: don Domingo Cáceres Oré, un terrateniente acaudalado, y doña Justa Dorregaray Cueva. Estudia en el Colegio de Ciencias “San Ramón” de su tierra natal y, aún sin concluirlos, en 1854, ingresa al Ejército, incorporándose en el batallón Ayacucho, con el grado de subteniente.
En su infancia, dice Alberto Tauro del Pino, “Retozó con niños indígenas, en su casona ayacuchana o en las haciendas paternas; y no sólo adquirió pleno dominio del quechua, sino una cálida comprensión del cuadro social y peculiar psicología del poblador andino. A través de esa relación ingenua inspiró y prodigó afectos… que en sus tratos supo ofrecer a esas gentes el amparo necesario, generosidad oportuna y simpatía… que tanto aplicaría en sus experiencias militares.”
Ya en el Ejército, participa en diversas campañas, como en la de Arequipa, a órdenes de Ramón Castilla, en donde por su arrojo es herido en el ojo, de tal magnitud que se le da por muerto. En esta ocasión, cuando Castilla, lo visita en el hospital, comenta premonitoriamente: “Herida grave, muy grave, que no es mortal. Dios lo reserva sin duda, sí, lo reserva para grandes cosas.”
El 2 de mayo de 1866, cuando la Escuadra Española amenaza con retomar los dominios del Perú, Cáceres actuando en forma oportuna y eficiente contribuye a derrotar definitivamente a la poderosa Escuadra agresora. Los partes del combate dan cuenta de que la acción de Cáceres ha sido resuelta y activa en todo momento, y en mérito a su desempeño se le otorga la efectividad como teniente coronel.
Cuando Chile le declara la guerra al Perú, Cáceres era Prefecto del departamento del Cusco. Se reincorpora y participa, entonces, en Iquique y San Francisco y, el 27 de noviembre de 1879, en Tarapacá. Es aquí donde el ejército peruano obtiene una resonante victoria, gracias a la estrategia que emplea Cáceres, demostrando las virtudes tácticas de un gran guerrero; por lo que, más tarde Sáenz Peña declararía que el desconcierto era tal que de no ser por Cáceres “todos hubiésemos perecido. A él le debemos la vida”.
Y en San Juan y Miraflores, pese a su conocimiento estratégico y a su denodado esfuerzo no puede contener el desastre, debido a la pésima conducción de la defensa, que incluso, cuando los chilenos, ebrios de lujuria y alcohol, se encontraban entregados al vandalismo e incendio de Chorrillos, Cáceres, exponiendo su vida, propone un ataque nocturno, pero Piérola se lo niega.
Hasta entonces habían transcurrido para Cáceres 27 años de servicio al Ejército, es decir al servicio exclusivo de la patria. El general Pedro Richter Prada, nos dice: “Muy pocos pueden exhibir una hoja de servicios tan llena de campañas, en las que luchó con tanto desprendimiento de su vida, dando muestras inequívocas de coraje y determinación, de conocimiento del arte de la guerra… con un singular cariño por los soldados subalternos, sin dejar de aplicar su férrea disciplina que él mismo se la impuso”.

Ocupada Lima, Cáceres inicia la resistencia nacional en la Sierra central. En esta interminable jornada surge con caracteres especiales de grandeza los épicos combates de la Campaña de la Breña, en los cuales el estratega General Andrés Avelino Cáceres, homogenizando voluntades de todas las sangres, credos, campesinos, mineros, profesionales, hombres y mujeres, organiza las huestes legendarias y atrae al enemigo al escenario andino. En este ámbito geográfico, escabroso y difícil, en condiciones desventajosas, carentes de efectivos con preparación militar y apoyo logístico, se desarrollan acciones gloriosas, demostrando a los chilenos que los peruanos henchidos de valor, coraje y patriotismo, son capaces de arrojarlos, cuando ya querían hacer del Perú un protectorado chileno.

Cáceres tiene el inmenso valor histórico de haber convertido la causa militar en causa nacional, de haber transformado la decisión popular de combate en disciplina y organización. La grandeza de Cáceres está en su capacidad de interpretar el sentido de la espontánea respuesta popular frente a la ocupación del territorio por los chilenos, dando a la indignación que estallaba un cauce y una dirección. Cáceres, pues, como dice Pablo Macera, no habría “cumplido su destino de no existir el movimiento campesino que le permitió desplegar sus excepcionales condiciones de caudillo y organizador.”

El General Cáceres no tenía más recursos que la compleja geografía y el hombre que deseaba expulsar al invasor aún al costo de su propia vida. A este segmento, supo infundirle el aliento de su fe y su espíritu de sacrificio, que lo impulsó a entregarse por entero al servicio de la patria. Por eso fue capaz de organizar de la nada tres ejércitos consecutivos. “Cuando vivaquean en las noches… -se lee en sus Memorias- A la luz de las fogatas se ven confundidos… jóvenes distinguidos de las ciudades, e indios humildes de los poblachos agrestes. Ahí ponen las pinceladas de sus multicolores ponchos, los fornidos y gigantescos morochucos, de atávico heroísmo y grandes ojos de halcón, venidos de Cangallo; ahí los iquichanos, de Huanta; ahí los huamanguinos, descendientes de los pocras; ahí los huancas del valle del Mantaro…; ahí los herederos de los fieros chancas… de la densa Andahuaylas… Rodean a un capitán, a quien llaman taita, de tostado rostro y marciales patillas… Le hablan con filial respeto y fe de creyentes. El legendario guerrero les responde en la lengua nativa, y dirige palabras de afecto y de estímulo a sus camaradas de heroísmo… Con él al frente no hay esfuerzo que no realicen, ni inmolación que no consuman, ni penalidades que no sufran, ni ímpetu egoísta que no dominen.”

Todos los historiadores y estudiosos de esta etapa de la guerra coinciden en señalar que sin Cáceres no hubiera habido Campaña de la Breña, y sin el hombre andino, tampoco hubiera sido posible esta epopeya. Cáceres es el conductor apropiado para esta guerra en los Andes. Él es el hombre que sabe sobreponerse a las múltiples adversidades, al derrotismo, a la intriga y a la traición de malos peruanos, y tiene que convertirse en caudillo para continuar la defensa de la patria. “Cáceres es pues –como dice Luis Durand Flores- la representación del pueblo que no quiere rendirse, que no se rinde, que permanecerá, como un grito de vida y de esperanza”. Y tan imborrable es el recuerdo del Taita que sus legendarias hazañas forman parte de nuestra cultura popular, cito por ejemplo: las danzas de “La Tropa de Cáceres” o “Majtada” del valle de Yanamarca, y “Los Avelinos” de San Jerónimo de Tunán, entre otras manifestaciones.

Y pese al desastre de Huamachuco, Cáceres organiza otro ejército para emprender una nueva campaña y deponer al gobierno de Iglesias, impuesto por los chilenos, tras la firma del Tratado de Ancón, al que lo reconoce, como un hecho consumado, ocho meses después, el 6 de junio de 1884. El Héroe invencible de la Breña, que goza de extraordinaria popularidad es elegido Presidente de la República de 1886 a 1890. “Como estadista, sus actos llevaron el sello del más arraigado nacionalismo y el anhelo de bien y de progreso para su patria, dentro de las fundamentales normas de orden y de respeto a las leyes constitucionales.” Y a pesar de la destrucción completa de todos los elementos de progreso a causa de la guerra, Cáceres es el iniciador de la reconstrucción de las Fuerzas Armadas, pensando en que debiendo cumplirse el plazo del plebiscito de Tacna y Arica, el Perú debía estar preparado militarmente para una eventual confrontación bélica, o para exigir la restitución de lo injustamente despojado; dispone, también, la reapertura de las escuelas Naval y Militar; y da el Código de la Marina Mercante; entre muchas otras obras importantes.
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Como diplomático es ministro plenipotenciario del Perú en Francia e Inglaterra, en el gobierno de Remigio Morales Bermúdez. En 1905, en Italia. Y en 1910, en Alemania; reconocido mundialmente como un gran guerrero, estando en Berlín, el Kaiser Guillermo II, al recibirlo le dice: “Me complace estrechar la mano del Héroe de Tarapacá”. En 1919, la asamblea nacional le confiere el grado de Mariscal del Perú. Y el 10 de octubre de 1923 fallece a los 87 años de edad.

Cáceres es el paradigma de la dignidad, del honor y del patriotismo. Que el espíritu de Cáceres esté siempre vigente en cada uno de nosotros, porque sólo así podremos perennizar el recuerdo del hombre que en cada faceta de su fecunda vida, pone en evidencia su gran amor al Perú; su lucha, con honestidad a toda prueba, por la prosperidad, integridad y unión de todos los peruanos. Sigamos su ejemplo y difundamos su mensaje: ¡Vivir con honra o sucumbir con gloria! ¡Por Cáceres y la Patria! ¡Viva el Perú!

Lima, 10 de noviembre del 2009.


Legionario Lope Yupanqui Callegari.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

Ocros

El Viaje de Promoción
que no tuvo Retorno: Ocros

A propósito del Aniversario del Colegio “Santa Isabel”
recordemos este hecho trágico.

El viaje de la promoción 1960 del Colegio Nacional “Santa Isabel” de Huancayo con destino a la ciudad del Cusco no llegó a su fin, porque se interpuso el destino. El 28 de julio de aquel fatídico año perdieron la vida 25 alumnos en el fatal accidente que tuvo lugar en la localidad de Ocros, Ayacucho. Eran los alumnos más destacados de esa promoción y que en premio el colegio organizó el “viaje de promoción” y de estudio de la grandeza de nuestro pasado en el mismo Machupicchu que, desgraciadamente, el viaje no tuvo retorno, con la excepción de cuatro estudiantes y un profesor que sobrevivieron. El director era el Dr. Héctor Zegarra y Araujo.
Esta tragedia enlutó no sólo a los familiares de las víctimas sino a todo el pueblo de Huancayo y la región central del país, ante lo cual automáticamente se manifestó la solidaridad humana. Las emisoras radiales, el director encargado por entonces Aurelio Navarro Maraví, demás profesores y todo el pueblo huanca se movilizó para prestar cualquier ayuda posible, aunque nada podía devolver la vida. Desde Lima, el ministerio de Educación gestionó los servicios de un avión para el traslado de los restos hasta el aeropuerto de Jauja y desde allí en impresionante caravana hasta su alma mater el Colegio “Santa Isabel”, para ser velados con profundo dolor, y el 30 de julio, en un gesto de solidaridad nunca antes visto, todo el pueblo huancaíno acompañó las exequias en el cementerio general de la Incontrastable.
Los fallecidos en este inexplicable accidente de tránsito fueron: el Prof. Algemiro Pérez Contreras, el auxiliar Fortunato Belzusarri Vila y los alumnos: Juan Bravo Parco, Armin Staindl Perdiz, Manuel Muroy Kikuchi, Abelardo Flores M, Jorge Díaz Navarro, Pompeyo Calderón Gutiérrez, Nelson Palomino García, Magno Arroyo Barreto, Maximiliano Clímaco, Juan Leonidas Rojas, Ricardo Hojo Tame, Alejandro Chávez, Carlos Juan Palomino, Ismael Arturo Portal, Leonidas Huapaya Abregú, Teodomiro Ramos M., David Moreno V., César Poma Jesús, Humberto Zárate S., Víctor Cabezas Tineo, Hugo A. Flores, Augusto Falconí, Oswaldo Barreto, Fausto Quispe Salas y Germán Calderón C. Ellos viven en el corazón de todo isabelino.
Los que pudieron salvar la vida de este fatal accidente, fueron: el Prof. César Huatuco y los alumnos: Tito Onofre Tirado, Jorge Loncharich Zúñiga, Rolando Lapa Mucha y Guillermo Vargas Oré.

Lima, Noviembre del 2009.
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157º Aniversario

El Colegio Nacional
“Santa Isabel” de Huancayo
Celebra sus 157 años de Funcionamiento

El Colegio Nacional “Santa Isabel” de Huancayo cumple este año 157 años de vida, en virtud del Decreto del 23 de noviembre de 1852, por el cual SE DECLARA NACIONAL el Colegio Particular de Huancayo fundado a principios del año anterior por el Dr. Sebastián Lorente Ibáñez. Este Decreto fue confirmado por Ley del 13 de diciembre de 1853, promulgada por el presidente, Gral. Dn. José Rufino Echenique, dándose al colegio el nombre de San Rufino que, felizmente, nunca tuvo vigencia.
Sin duda que al fundar el colegio particular, el pedagogo español tuvo la intención de tener un centro de proyección de la misma inquietud renovadora del Colegio Guadalupe de Lima, cuya organización había estado a su cargo, prueba de ello es que además de los cursos que establecía el Reglamento de Instrucción de 1850, se incluyera en el plan de estudios cursos superiores como Economía Política, Derecho y Filosofía.
En 1851 Huancayo era un distrito de la provincia de Jauja y su población no pasaba de ocho mil habitantes. Los títulos de la compra del terreno ubicado en la esquina de los jirones Amazonas y Cusco, donde se inició el Colegio, así como los de la venta del Colegio Particular al Estado y el Acta de fundación los destruyeron los chilenos, durante la ocupación de 1882.
La apertura del colegio particular de Lorente tenía por objeto dar instrucción en todos los grados a los jóvenes de este departamento y de todas las provincias del interior del país, como a los hijos de la Costa que por salud tenían la necesidad de trasladarse a la Sierra. El personal con el que empezó a funcionar en 1852, fue el siguiente:
Rector y profesor de Lectura, Historia Natural, Terapéutica, Literatura y Economía Política, Dr. Sebastián Lorente; profesor de Derecho y Francés, Dn. José Barreto; profesor de Química y Matemáticas, Dn. Pedro Saavedra; profesor de Filosofía, Historia e Inglés, Dn. Ignacio Cot; profesor de Latín, Gramática Castellana y Caligrafía, Dn. José Salazar; profesor de Geografía, Aritmética Comercial y Teneduría de Libros, Dn. Miguel Nájera; capellán y profesor de Religión, Dn. Claudio Urbina; profesor de Urbanidad, Dn. Manuel Jiménez; además, tres inspectores, un ecónomo, un mayordomo y diez sirvientes.
La gran acogida que tuvo animó a su fundador a cambiar de nombre por el de “Colegio de Ciencias de Huancayo”. Y cuando obtuvo el carácter de Nacional, mayor fue su entusiasmo para ponerle otro nombre más significativo; le puso, entonces, SANTA ISABEL, “nombre que le era grato por ser el de su madre e hija mayor”. Desde entonces, este nombre fue en el Centro del país sinónimo de ciencia y saber, fuente de conocimiento y semillero de hombres ilustres. Por varias décadas fue el único de su categoría y el más importante centro de estudios en la región central del país.
Por aquellos tiempos los días de descanso eran sólo los domingos y días festivos, los de carnavales y los del cumpleaños del Presidente de la República, del Subprefecto y del Rector del Colegio; y las vacaciones, los 30 días siguientes a los exámenes finales, que eran públicos y en presencia de los padres de familia.
El Colegio Nacional “Santa Isabel”, fue por muchos años el único de su categoría y el más importante centro de estudios de la región central del país; y al cumplir su primer centenario, en 1952, dejó la vieja casona de la esquina de los jirones Amazonas y Cusco, inaugurando su nuevo local en el barrio de Pichcus. Y al celebrar el 157° aniversario de su funcionamiento, saludamos con cariño y gratitud al profesorado, auxiliares de educación, alumnado, personal administrativo y de servicio y padres de familia.

Sebastián Lorente Ibáñez

El fundador del Colegio “Santa Isabel” de Huancayo, nació en Alcantarilla, provincia española de Murcia, el 13 de diciembre de 1813. Sus padres fueron don Sebastián Lorente y doña Isabel Ibáñez. A los 15 años ya era bachiller en Teología y a los 21, doctor graduado en la Facultad de Medicina de Valencia. En 1843 empieza su labor en Lima, tomando a su cargo la clase de Geografía Descriptiva en el Colegio Particular “Nuestra Señora de Guadalupe” que habían fundado, en 1840, Domingo Elías y el español Nicolás Rodrigo. En los años siguientes dictó también en el Colegio de Medicina de San Fernando y en el Convictorio de San Carlos, renovando los métodos de enseñanza. En 1849, una hemotisis lo obligó a trasladarse primero a Tarma, después a Jauja y, finalmente, a Huancayo, donde logró hallar remedio para sus dolencias y donde, en 1851, fundó un colegio que al año siguiente fue declarado NACIONAL y le dio el nombre de SANTA ISABEL.
En julio de 1855 retornó a Lima, ese año fue nombrado Inspector de Instrucción Pública, fue cuando obtuvo el decreto que le dio el carácter de Nacional al Colegio “Nuestra Señora de Guadalupe”, tres años después que el “Santa Isabel” de Huancayo. Inauguró la enseñanza de Historia de la Civilización Peruana, desde donde tuvo la oportunidad de defender a la institución universitaria ante las intromisiones autorizadas por Nicolás de Piérola y ante las depredaciones chilenas. Ocupada Lima por el ejército chileno en 1881, a iniciativa de Lorente se reabrieron las clases de la Universidad de San Marcos en el convento de San Pedro, y a fines de ese año asumió la dirección del Colegio Guadalupe en el local de la Cámara de Diputados.
“Decía entonces que el patriotismo es el sentimiento más bello por ser el más abnegado; el patriotismo enseña a ser héroes y mártires, es preciso que lo seamos por la patria”. Y muchos guadalupanos e isabelinos lucharon y murieron en la Guerra con Chile. Sebastián Lorente, hombre sabio y conocedor de que no se puede prescindir del conocimiento de la historia, el 28 de mayo de 1884 “protestaba contra el nuevo reglamento de Instrucción decretado el 16 del mismo mes, por la poca importancia que en él se daba a la Historia de la Civilización Peruana.” La infatigable labor del gran Maestro llegó a su fin el 28 de noviembre de 1884. Los funerales se realizaron en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes. El maestro huancaíno Justino Vega Ortiz fue el gestor del busto erigido en su memoria en el primer patio del Colegio, indicando a las generaciones futuras, como dijera Nemesio Rodríguez en la inauguración, en 1929, que el estudio es la estrella dulce del porvenir cuyos rayos de progreso, bienestar y felicidad los derrama siempre sobre aquel que esté dotado de carácter y perseverancia.

Lima, Noviembre del 2009.
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jueves, 22 de octubre de 2009

Síntesis Histórica del Distrito de Matahuasi

Matahuasi es un distrito que pertenece a la provincia de Concepción, departamento de Junín. Situado en la margen izquierda del valle del Mantaro, a 3200 msnm, y al centro entre las ciudades de Jauja y Huancayo. De allí parte el desvío de la Carretera Central que conduce al histórico convento de Ocopa. De la capital, Lima, dista 290 Km., de donde se llega por carretera, ferrocarril o por vía aérea hasta el aeropuerto de Jauja y de aquí en auto por una buena pista.

El pueblo de Matahuasi ofrece excelentes condiciones para hacer turismo, sobre todo el turismo vivencial. Su suelo completamente plano ocupa la parte más ancha de todo el Valle y está bañado por tres ríos: el Mantaro, el Achamayo y el río Seco, además de la torrentera de la Lloclla y los manantiales de San Juan de Yanamuclo y del Hondovado. Produce en forma natural el níspero, extraño fruto cuya abundancia se da en plena sequía del verano serrano (agosto, setiembre), del cual se extrae ricos productos derivados, como jaleas, conservas, refrescos y cocteles, entre otros.

Su nombre se debe a la configuración que tenía durante la época preincaica, un conjunto de viviendas de piedra y barro muy juntas a lo largo del barranco del río Achamayo, desde Huánchar y Potas hasta la recta de la actual población, y formaba parte de la Confederación Wanka. Mata quiere decir junto, pegado, unido, y Wasi, casa. Matahuasi significa, entonces, Casas Juntas, Unidas o Pegadas. Los Incas al conquistar esta región y construir el Qhapakñan o Camino de los Incas, aquí instalaron un chaskiwasi (Chaski, correo), o sea un lugar de descanso y relevo de postas del antiguo Correo Inca, y más al norte, en Markawillka (Marka, lugar, pueblo; y Willka, sagrado) construyeron el Tambo de Markawillka, hoy Maravilca, un lugar de aprovisionamiento y cuartel temporal del ejército imperial, que durante el Incario, según Garcilaso de la Vega y Pedro Cieza de León, fue el centro más importante de la parcialidad de Urinwanka, una de las tres parcialidades en que los Incas dividieron la región Wanka, que hoy es el valle del Mantaro, para su mejor administración.

Cuando llegaron los españoles aquí fundaron, el 15 de agosto de 1570, un pueblo para indígenas con el nombre de LA ASUNCIÓN DE MATAHUASI. Durante las guerras de la Independencia y la Guerra que Chile con el apoyo de Inglaterra le declaró al Perú en 1879, los matahuasinos también sufrieron los horrores de la ocupación y en épicas jornadas de sangre defendieron su libertad, su suelo y el honor nacional, siendo el 11 de julio de 1882 el día en que se enfrentaron al poderoso ejército chileno, que marchaba en retirada después de la barbarie cometida en Concepción, tratando de detenerlo para que Cáceres lo alcance, pero ante la superioridad, los 40 montoneros precariamente armados cayeron fulminados, en seguida todos los habitantes (hombres, mujeres, ancianos y niños) fueron sacados de sus casas y fusilados al instante, y el pueblo, saqueado e incendiado. En conmemoración de estos hechos, la Asociación Cultural Matahuasi y el Concejo Distrital han construido en la Plaza Mayor un monumento a los Combatientes Matahuasinos de esta Guerra.

Por Ley del 23 de octubre de 1896, Matahuasi se elevó a la categoría de distrito de la provincia de Jauja; y a partir del 30 de noviembre de 1951, en que se creó la provincia de Concepción, pasó a formar parte de la nueva jurisdicción. En la actualidad es un pueblo pujante, dedicado a la agricultura y la ganadería, a las industrias maderera, lechera y apícola. Está considerado como el de mayor producción agroindustrial y lechera del valle del Mantaro, y ostenta el título de “Villa de los Nísperos”.
113° Aniversario del Distrito de Matahuasi

La alcaldesa de Matahuasi, Srta. Gloria Herrera Meza, y el concejo municipal que preside, la gobernadora y demás autoridades e instituciones, se aprestan a celebrar el próximo 23 de octubre, los 113 años de la creación política del distrito, por entonces, de la provincia de Jauja. Pero a partir del 30 de noviembre de 1951, en que se creó la provincia de Concepción, pasó a formar parte de la nueva jurisdicción.

En la actualidad, Matahuasi es un centro agro ganadero industrial y turístico, uno de los más importantes del valle del Mantaro. En los mejores tiempos de la Planta Lechera del Mantaro, el 70 por ciento de la leche que procesaba procedía de la cuenca de Matahuasi. Cuando el Ferrocarril Central del Perú funcionaba, Matahuasi era el centro de una decena de pueblos a la redonda que utilizaban la estación para el traslado de pasajeros e intercambio comercial de todo tipo de productos hacia la Capital y hacia las minas.

Atractivos turísticos

La belleza natural de los paisajes se muestra a cada paso en todo el Valle. En Matahuasi encontramos lugares verdaderamente paradisíacos como, por ejemplo, Hualianta, donde se ubica el antiguo molino de la comunidad; el Barranco, el jichal; Huayhuasa; Ushupuquio; Orcopunco; Inanya, donde se encuentra la Virgen de Barro; la planicie de Perdón Pampa por donde pasa el antiguo camino a Apata; Antacocha; la Villa Turística y Romántica de Yanamuclo con su Lago Azul y varias piscigranjas; los manantiales de San Juan de Yanamuclo y el Hondonado; los parajes de Maravilca, Huampón y los pastizales comunales de Huachuapampa y Culupampa; el Tinco, donde los ríos Achamayo y Seco vierten sus aguas al Mantaro; el puente del Ferrocarril sobre el Achamayo, las riberas de este río; y Paccha, en el límite con Concepción, entre otros parajes de igual belleza.

Los lugares históricos, con sus restos arqueológicos, de Huánchar, Potas, Huamanhuaca y Maravilca, este último originariamente fue Marcawillca, significa lugar sagrado, es decir, antiguamente era un adoratorio donde concurrían las tribus vecinas. En el centro de la localidad el visitante puede deleitarse observando la Plaza Mayor, donde se hiergue el monumento a los combatientes matahuasinos de la Guerra del Pacífico; el centro cívico, la iglesia antigua con su torre que aún resiste al abandono y al paso del tiempo, la iglesia moderna, la calle Real empedrada, el parque infantil, el frontón de pelotaris, y el cementerio.

Fiestas principales

Matahuasi celebra anualmente dos fiestas importantes: el 20 de Enero, en honor del mártir San Sebastián; y el 15 de Agosto, en homenaje a su Patrona, la Virgen de La Asunción, Lo más vistoso del 20 de Enero es la presentación de una variedad extraordinaria, a veces más de 15 conjuntos folklóricos, y no sólo del mismo lugar sino también de pueblos vecinos, por ejemplo, los Shapish de Chupaca, la Pachahuara de Acolla, el Carnaval Marqueño, y diversas cuadrillas del folklore puneño. De Matahuasi lo más llamativo es su danza nativa de los Auquines. En cambio, lo más característico del 15 de Agosto es la feria artesanal o “feria de las ollitas”, en alusión a la abundancia de artículos de cerámica traídos principalmente de Aco. Esta fecha también recuerda a la fundación española de Matahuasi bajo la advocación de la Virgen de la Asunción.

La danza nativa de Matahuasi, Yanamuclo y Maravilca es la danza guerrera de los AUQUINES con su respectiva instrumentación musical, a base de pito y tinya, declarada por el Instituto Nacional de Cultura “Patrimonio Cultural de la Nación”, según Resolución Directoral Nacional N° 1282-INC de 06 de Agosto del 2006.

El Níspero

Otra característica de Matahuasi es la producción del níspero, extrañamente sólo produce allí, mas no en los pueblos vecinos, planta considerada como un milagro de la sabia naturaleza, porque florece y da sus frutos en épocas de frígidas heladas y sequías (agosto-setiembre). Del fruto se obtiene más de una docena de productos derivados, siendo los más comunes la jalea, mermeladas, conservas, cremas y cocteles. Por eso es que el apelativo de los matahuasinos es “Nísperos qipi” o simplemente “Nísperos”.

Lima, 23 de octubre del 2009.

Nota: Ver a continuación la reseña histórica.

sábado, 17 de octubre de 2009


La Geopolítica Aconseja
Trasladar la Capital de la República
a la Sierra Central

El 15 de setiembre de 1986, al inaugurar el Foro Nacional de Regionalización, el Presidente Dr. Alan García Pérez anunció su decisión de trasladar la Capital de la República al valle del Mantaro. Dijo que la nueva sede política y administrativa de la nación debe simbolizar la imagen de un nuevo Perú que no dé la espalda a su realidad histórica y agraria, y que termine de una vez por todas con la nociva atracción que representa Lima para quienes vienen por un nuevo futuro y sólo encuentran pobreza y esteras.
Después de este trascendental anuncio, el Club Provincial Concepción presidido, entonces, por el recordado Juan Gavidia Durand, publicó su segundo boletín que apareció en la revista “Eco Andino” N° 16, de diciembre de aquel año, dando cuenta del acierto del Presidente de trasladar la Capital a la región central del país y la opinión favorable de varios expertos en geopolítica.
“Lima es una capital artificial, pues el destino del Perú siempre ha estado y se ha jugado en la sierra, desde el tiempo de los incas, en la independencia americana, en la dura resistencia de Cáceres al invasor chileno, inclusive hoy con el homicida, criminal y sangriento movimiento senderista –expresó el Presidente García en su primer gobierno -; para luego señalar que el lugar ideal sería la sierra central, y específicamente el Valle del Mantaro, que es una de las zonas más ricas del Perú.”
Tras el anuncio, el general EP ® Edgardo Mercado Jarrín, experto en geopolítica y presidente del Instituto de Estudios Geopolíticos del Perú, dijo que la iniciativa presidencial de trasladar la capital del país a la zona de la sierra central es necesaria por cinco razones geopolíticas y estratégicas: “Por estar Lima expuesta a ser destruida, por seguridad alimentaria, para luchar eficazmente contra el terrorismo, para recuperar nuestro equilibrio interior y para adoptar un acertado modelo de nuevo desarrollo”.
Explicó que Lima por ser una ciudad costera está expuesta a ser destruida, que aquí hay escasez de recursos y que la única despensa es la que se encuentra comprendida en nuestro Trapecio Andino, entre los ríos Mantaro, Pachitea, Ucayali y Tambo, y que esta zona, además de ser una gran reserva, sirve de conexión directa entre la Sierra Central y la Selva, y con un mayor aprovechamiento minero se contaría con más energía hidroenergética, entre otras ventajas. Dijo que nuestros antepasados mantuvieron su Imperio por más de 400 años en estas condiciones, habitat que lamentablemente hoy se ha perdido. Hay que volver al Ande peruano, y un aspecto simbólico es trasladar la capital a la Sierra Central. Debemos proyectarnos sobre nuestro centro de gravitación que son los andes peruanos, que además de dominar la Selva Central, es una zona muy rica en alimentación. El Perú ha vivido de espadas al interior y para devolverle su fuerza, seguridad, su centro vital, es necesario cambiar su plan de desarrollo que siempre fue hacia fuera y mirar a los Andes como lo hicieron los incas cuya capital fue el Cusco. Por lo tanto, remarca el general Mercado Jarrín, la capital del Perú debe ser trasladada a su corazón, es decir sobre las orillas del río Mantaro y lo más cerca posible del eje de integración formado por Jauja, Satipo, Atalaya, Concepción y La Merced.
De otro lado, el Dr. Javier Pulgar Vidal, eminente geógrafo, experto en recursos naturales, ha dicho que el Perú del siglo XXI debe tener otra capital, una sede central situada en una zona que reuna las condiciones adecuadas para su desarrollo, defensa y proyecciones, ya que Lima es vulnerable para cualquier ataque en tiempo de guerra; además, sostuvo que Lima está en proceso de destruirse a sí misma, por el caos poblacional en que vive. En 1986 Lima tenía seis millones de habitantes. En cuanto al lugar dónde estaría la nueva capital, el eminente geógrafo propuso que se instale en el río Pachitea, entre los departamentos de Cerro de Pasco y Huánuco, porque según él el Perú del siglo XXI debe ser selvático y amazónico.
Por su parte, el historiador Gustavo Pons Muzzo dijo que trasladar la capital al valle del Mantaro es lógico ya que somos un país andino. Pizarro y sus compañeros de armas hicieron una cosa insensata y antigeopolítica con la fundación de la capital del país conquistado en la costa. Todos los grandes acontecimientos de la historia del Perú se han consumado en la región andina, como la Confederación Perú Boliviana y la guerra de resistencia de La Breña en la guerra del Pacífico, concluyó el historiador.
En enero de 1987, el Prof. Leopoldo Astete Maraví publicó en el boletín “El Nuevo Día” N° 2, un artículo sustentando las bondades del valle del Mantaro y del valle menor del Kory Mayo (entre Huáchac y Manzanares) para ser la sede de la nueva capital de la República. “En resumen – sostenía- con una Capital en el Valle del Mantaro, se habrían potenciado comunidades selváticas de indiscutible prosperidad. Todo al ritmo de una Expansión hacia el Oriente Peruano, sin desligarse de las otras Regiones de la Patria.”

La idea no es nueva

Pero esta idea no es nueva. Siempre la región central ha sido vista como la zona más adecuada como para ser la capital de la República. La nación Huanca, por ejemplo, que ocupaba un extenso territorio desde Huancavelica por el Sur hasta Tarma por el Norte tenía como capital a Tunanmarca, muy cerca de Jauja. Con la imposición de los corregimientos por los españoles, a partir de 1565, el primer corregidor de Jauja, el capitán Juan Pérez de Larreinaga y Salazar, escogió Concepción como residencia, no obstante que Jauja había sido fundada como capital de la colonia, convirtiéndose así en capital de hecho del Corregimiento de Jauja. Los corregidores de Jauja residieron, entonces, en la hoy gloriosa ciudad de Concepción “por ser el medio del Valle”, de modo que oficialmente la capital era Jauja, pero prácticamente, por razones de estrategia y buena administración, era Concepción, o por lo menos era la residencia.
Recuérdase que en 1929 cuando se removía la cuestión del plebiscito de Tacna y Arica, en el caso de suscitarse un conflicto armado, la logística aconsejaba trasladar a Huancayo la sede del gobierno. Hoy todo aconseja que no se debe esperar la última hora, sino ya, pensando en la descentralización y el desarrollo del país es necesario fijar la nueva capital del Perú en el valle del Mantaro y áreas laterales, que al decir del turista constituyen el paraíso. Ojalá que pronto esto sea una realidad y no se quede sólo en palabras como tantas otras ofertas.

viernes, 9 de octubre de 2009

Las Amenazas contra el Ecosistema del Mantaro

Dr. Rafael Samaniego Arauco (*)

(Publicado en la revista “Eco Andino” N° 31, Lima, Setiembre-Diciembre del 2008).

Además de la persistente contaminación de las aguas del río Mantaro por la minería tradicional, existen otros tipos de amenazas, como las que nos refiere el Ing. Aníbal Tómecich Córdova, acerca de las consecuencias de algunos proyectos en la región, tales como el Túnel “Trasandino” y los Trasvases de aguas de la cuenca del Mantaro hacia la costa de Lima e Ica.
La potencia actual del complejo hidroeléctrico del Mantaro (Centrales del Mantaro y Restitución) se encuentra en el orden de 1’013,000 Kw (Un millón de kilovatios). Su producción anual de energía se encuentra en el orden de 7’100,000 Mwh (Megavatios hora). El margen comercial es más de 100 millones de dólares al año. Esta producción depende mayormente de la persistencia del caudal del río Mantaro en su recorrido desde el Lago Junín hasta la represa de Tablachaca. De las informaciones habidas al respecto, se piensa trasvasar por lo menos 16 m3/seg. Actualmente, la central opera su máxima capacidad efectiva con 96 m3/seg., lo que significa que si se trasvasa los 16 m3/seg. a Lima, el complejo Mantaro disminuiría su producción significativamente por debajo de su capacidad.
Las Centrales hidroeléctricas del Mantaro y Restitución, en su conjunto representa el complejo hidroeléctrico más grande del país, su producción se encuentra en el orden del 25 % de la producción nacional de energía (GWH). Es también la central más eficiente a nivel nacional, dado que su índice de utilización de la maquinaria está por encima del 90 % (Factor de Planta), gracias al aporte de una serie de lagunas de regulación que se encuentran en la cuenca del Mantaro (Junín y Huancavelica) en las márgenes izquierda y derecha del río, estas lagunas se encuentran represadas y las compuertas se abren en las épocas de estiaje, de modo pues que el complejo hidroeléctrico sigue operando con su misma producción de energía aún en época de sequía, gracias a estos recursos que pertenecen a las regiones de Junín y Huancavelica.
El Lago Junín es el reservorio de regulación más importante del país, tiene una capacidad total de 556 millones de m3 y un volumen útil máximo regulable de 441 millones de m3 por año, de lo que se deduce que en los meses de sequía, un volumen aproximado de 180 a 200 millones de m3 del agua del Lago Junín se estaría pensando trasvasar a Lima. La pregunta cae por sí sola ¿Qué Ganarían las regiones de Junín y Huancavelica? El Lago Junín se encuentra en la Región Junín. El río Mantaro y sus afluentes y las lagunas aportantes que se encuentran en ambas márgenes del río son recursos naturales de la Región.
Estoy informado también que Sedapal en sus proyectos Marcapomacocha II (Marca II) desvió las aguas de la Laguna Pomacocha cuyas aguas llegaban al Río Yauli y era un tributario del Río Mantaro. Recuerdo que esta laguna era un sitio de recreación para la pesca deportiva. Había un club de Pesca Pomacocha en donde se realizaba campeonatos deportivos organizados por la federación de Pesca y Caza Deportiva. Ahora posiblemente sólo existen recuerdos. Para el Proyecto Marca III se piensa trasvasar el agua de la Laguna Huascacocha que se ubica aguas arriba de la Laguna Pomacocha. Esto implicará naturalmente el cierre y abandono de las Centrales Hidroeléctricas de Pachachaca y La Oroya, joyas de la ingeniería que se construyeron allá por los años de 1914.
Las consecuencias del trasvase de aguas del Lago Junín, implicaría una disminución de la producción actual del Complejo Hidroeléctrico del Mantaro. Aún cuando el Complejo Hidroeléctrico pertenezca a éste administrada por la empresa Electroperú, no deja de ser una de las obras más importantes y que puede convertirse inclusive en un atractivo turístico como la mayoría de este tipo de obras lo son en todo el mundo.

El Centralismo es la causa principal del problema

Es una afrenta para las regiones de Pasco, Junín y Huancavelica, reconocer lo que la estadística nacional dice que en estas regiones la POBREZA y la EXTREMA POBREZA alcanzan sus más altos niveles: Pasco 71.2 y 31 %, Junín 49.9 y 16.5 y Huancavelica 88.7 y 72.3, respectivamente.
Lo fríamente expresado por la estadística significa que en nuestras regiones el 35 % de la población no tiene el ingreso suficiente para alimentarse bien. Quiere decir también que, por la misma razón, la población adolece de altos niveles de desnutrición, analfabetismo, ignorancia y mala salud. Pero como no podemos quedarnos en el episodio de las lamentaciones, pasamos a preguntarnos:
¿Por qué tanta pobreza, en estas tierras tan ricas en agua y otros recursos naturales como minerales, bosques y climas favorables?
¿Por qué este subdesarrollo en las regiones que proveen agua para el consumo poblacional y el riego de la gran agricultura de la Costa, y lo que es más sorprendente, el 80 % de pobreza en la región que provee más del 50 % de la energía eléctrica a todo el Perú?
¿Por qué tanta pobreza en las tres regiones que abastecen de minerales a la Industria y la Exportación, alimentos, madera y materia prima?
Las respuestas pueden ser muchas y variadas, pero para orientarnos a la Estrategia de Desarrollo que se propone debemos enfatizar la respuesta, que declara al CENTRALISMO como la causa principal de todo el problema. En efecto, los gobiernos recientes han empobrecido a nuestras regiones al ubicarlas como fuente de recursos que han extraído, se han envenenado y se han regalado a otras regiones y sectores, esto es así con los minerales, el agua, la energía eléctrica, la madera y hasta los productos agropecuarios, que se extraen y se despachan, sin dejar trabajo suficiente ni valor agregado para las regiones.
Por ello, la estrategia a seguir para salir de la pobreza debe ser principalmente REIVINDICATIVA de los Recursos Naturales.

(*) Ex – Funcionario del Ministerio de Agricultura. Con maestrías en USA, Alemania y
Dinamarca.

El Recurso Agua en Concepción

El siguiente artículo fue publicado en la revista “Montacanasta” N° 16, Concepción, marzo-mayo del 2008, que dirige el profesor y periodista Jesús León Gonzales. Asunto referente al agua, cuya contaminación es cada vez más alarmante en el valle del Mantaro.

Se entiende por cuenca hidrográfica la porción de territorio cuyas aguas fluyen hacia un río, lago o mar; es un área de vital importancia por sus repercusiones sobre el clima, la disponibilidad de agua, la obtención de energía y el nivel de vida de la población, entre otros. Por lo tanto, la alteración de una cuenca tiene consecuencias nocivas, tanto naturales como culturales, por lo que se impone la necesidad de adoptar una serie de medidas para lograr un adecuado ordenamiento de las cuencas hidrográficas.

El régimen de una cuenca puede ser alterado por factores físicos, como la dimensión, la topografía y el material geológico; factores del medio ambiente, como el suelo y la vegetación; factores humanos, los cuales juegan un papel fundamental, porque modifican la vegetación, el desarrollo urbanístico, las prácticas agrícolas, etc. Otros factores que influyen son los terremotos, las lluvias muy intensas, las plagas y los procesos geomorfológicos.

Los ríos y riachuelos de la provincia de Concepción tienen serios impactos ocasionados por la irresponsabilidad de las autoridades y la falta de una educación ambiental de la población, toda vez que estos creen que es un recurso inagotable y que el agua se recicla sola.

Problemas de las aguas superficiales

La contaminación de las aguas superficiales varía por su capacidad de carga y escurrimiento, y por las vertientes que deterioran su calidad comprometiendo negativamente su curso hidrobiológico en la agricultura, en el uso doméstico, pecuario, industrial, generación de energía y recreación.

La minería es la industria que emplea enormes cantidades de agua como medio de control de polvos, refrigeración, acarreo de residuos a los lugares de confinamiento, descargas de relaves, etc., los cuales causan serios cambios en la composición de las aguas superficiales.

De igual manera la contaminación por descargas domésticas origina que las aguas residuales por el metabolismo urbano sean descargadas sin ningún tratamiento a los cauces de los ríos, llevando un alto contenido de parásitos y agentes patógenos. Esta excesiva carga orgánica se presenta en los afluentes, consumiendo el oxígeno de las aguas y superando la capacidad de autodepuración.

Problemas del recurso hídrico

El río Mantaro

Es un río que nace muerto, en cuyo cauce las empresas mineras arrojan sus relaves, en el Centro Metalúrgico de La Oroya, una serie de metales pesados como el Fe, Pb, Zn, Cu, As y el Ph. Estos vertimientos se evidencian en los recursos hidrobiológicos por la alteración físico-química de las aguas que, además, han extinguido las especies ictiológicas. De igual manera, los pueblos que se hallan en sus riberas arrojan sus aguas servidas y residuos sólidos.

Esta agua, proveniente del canal de irrigación de la margen izquierda se emplea en el regadío en los barrios de Palo Seco, Paccha y Palia; los efectos nocivos para la agricultura se debe a que llevan gran cantidad de metales pesados en suspensión, los cuales al emplearse en el riego producen un encostramiento del suelo, disminuyendo la velocidad de infiltración y de la oxigenación de la capa arable, además de disminuir los valores del Ph, los cultivos de tallo corto (verduras) absorben los metales pesados y agentes patógenos, trayendo serios problemas para la salud humana y de los animales.

El río Achamayo

Río aparentemente limpio, en cuya vera izquierda se halla el pueblo de Alayo. Los pueblos asentados en el cauce superior (Quichuay e Ingenio) vierten sus aguas servidas y residuos sólidos. Esta agua contiene coliformes (parásitos que vienen de las heces humanas) sobrepasando lo permisible. Con esta agua se riega los suelos fértiles de Alayo y los barrios de Huaychulo, Ulún y Lulín. A ello debemos agregar que en el barrio de La Alameda los vecinos vierten sus aguas servidas en las acequias, trayendo como consecuencia serios problemas para la salud humana.

El riachuelo de La Yucha

Proviene de las filtraciones de la quebrada del Alto Perú y Leonioj. Se contamina en las pozas de oxidación del distrito de Nueve de Julio, cerca al acueducto del canal de irrigación, estas pozas han colapsado. Metros abajo hay un abrevadero cuyas aguas vienen del río Mantaro. Antes del puente de la Carretera Central hay un colector de aguas servidas de la fábrica Lechera de la Universidad Privada de Los Andes y la Procesadora de Alcachofa. Y a partir del Puente Negro (puente ferroviario) sirve para regar pastos, hortalizas, etc. y para los animales domésticos. En otras palabras es una cloaca abierta.

El riachuelo de Palia
Nace por filtraciones del cerro Leonioj y al llegar al canal de irrigación hay abrevaderos con aguas del río Mantaro, contaminadas con metales pesados, nitratos, sustancias tóxicas, fluor, arsénico, cromo, cianuro, etc. A partir de la prolongación del jirón Jorge Chávez hay un colector de aguas servidas de ese barrio. Esta cloaca abierta es utilizada en el riego de parcelas de Palia Bajo.

Sugerencias

-La Fábrica Lechera y Procesadora de Alcachofa reciclen las aguas servidas que generan.
-Presionar a las autoridades del distrito de Nueve de Julio para que dejen operativas las pozas de oxidación que han colapsado.
-El comité de regantes debe prohibir que malos vecinos arrojen aguas servidas en las acequias.
-Exigir al Gobierno Regional y Central que las empresas mineras y el Centro Metalúrgico de La Oroya cumplan el PAMA en el más breve plazo.
-Que se inicie la construcción de dos cloacas madres (Jr. Huancayo y 8 de Diciembre) y que se construyan biodiscos para el reciclaje de las aguas servidas (tecnología que reemplaza a las pozas de oxidación).
-Construcción de pozas de oxidación para las aguas servidas del barrio de Palo Seco.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Historia del eucalipto en el Valle del Mantaro


Historia Sintètica del Eucalipto
en el Valle del Mantaro

Por Abelardo Samaniego Arauco

Las primeras semillas australianas del eucalipto llegaron a Huancayo en 1864, traídas por el joven vaporino francés trotamundos: Francoise Lapierre Rousseau, tras un largo viaje que demoró más de seis meses, como después comentara con los descendientes de la familia que formó en “La Incontrastable”.
Las primeras plantas brotaron y se aclimataron en el fundo “Miraflores” del distrito de Sapallanga, de la familia Ráez Gómez, junto al fundo “Aguamiro” de la familia Granados, así como en el Pasaje “Muqui” del barrio de Pincha del entonces distrito de Chupaca, a orillas del río “Cunas”, donde muy pronto también surgió un chalet de estilo francés edificado por el inteligente extranjero, el cual fue demolido hace aproximadamente 50 años. (1).
Diez años antes, en 1854, París se había convertido en el semillero mundial entusiasta difusor del nuevo árbol que, como milagrosa “verde pólvora”, rápidamente empezaba a propagarse a todos los continentes del Globo.

EL EUCALIPTO EN EUROPA

“Los primeros ensayos hechos en Europa y Norte de África, para la cultura del eucalipto, datan del viaje de P. Ramael a Australia en 1854. De aquel continente hizo varias remesas de semillas y trajo también en gran cantidad a su regreso a Francia en 1857, tornándose desde entonces en un verdadero apóstol del eucalipto, aconsejando su cultura en todos los países mediterráneos”. (2).
Esta vocación francesa por difundir a nivel mundial la mirtásea australiana en 1857 y años subsiguientes, tuvo una feliz coincidencia con las investigaciones científicas de diferentes órdenes que venían realizando a la sazón en el Valle del Mantaro algunos estudiosos, entre los que deben citarse principalmente al eminente educador español Dr. Sebastián Lorente Ibáñez, natural de Murcia; Antonio Raymondi, ilustre Naturalista milanés y, a don Manuel Apolonio Ráez, estudioso hijo del lugar, descendiente de los corajudos “moro-granadinos” y Primer Gobernador de Huancayo. (3)
Todos estos investigadores visualizaron la posibilidad de aclimatar el eucalipto en el amplio Valle andino, ya que sus permanentes especulaciones ambientales los llevó a la conclusión de que “Perú y Australia se encuentran relativamente en el mismo Paralelo del Mapa Climatológico del Mundo”. Sobre este particular, tanto Lorente como Raymondi escribieron a cenáculos, amigos y científicos de España, Italia y Francia, conectándose de alguna manera con quienes estaban empeñados en el Viejo Mundo por esparcir a todo el Orbe la benefactora planta.
En Europa también hizo su parte el escritor peruano Mateo Paz Soldán que, al escribir pasajes del Valle del Mantaro, informaba: “En árboles corpulentos y de construcción es sumamente escaso. Uno que otro sauce y aliso, un solo cedro y algunos molles forman toda la riqueza vegetal de este hermosísimo Valle”. (4)

PRIMEROS EUCALIPTOS DEL VALLE

Fueron de la variedad: e.glòbulus. Brotaron como queda dicho en Sapallanga y Chupaca. Cuando se creía, durante tanto tiempo, que hubiera sido el Convento de Ocopa donde aparecieron los primeros ejemplares, fueron los mismos franciscanos, debidamente documentados, quienes esclarecieron el hecho histórico en el Primer Congreso Nacional del Eucalipto, realizado en Huancayo en 1969, por intermedio de su ponente, el R. P. Emiliano María. (5)
El aporte franciscano al citado Congreso reveló las anotaciones hechas, en 1919, por el R.P. Bernardino Idoyaga, perito en la materia y acucioso investigador, quien escribió: “Los primeros ejemplares (de eucaliptos), según se nos dice, aparecieron en Huancayo donde las familias Ráez y Gómez en 1865 y trajo las semillas un ciudadano francés N. Lapierre. Durante el gobierno de Manuel Pardo, en 1872, aparecieron algunos árboles en Concepción, en el molino del Sr. Duarte; y de allí se propagaron en el Convento de Ocopa en 1880, donde comenzó a cultivarse en gran escala, librando a esta Comunidad del pésimo combustible de las champas que apenas tienen calorífico y cuyo acarreo desde las punas suponía un gasto considerable”. (6)

EL FRANCÉS LAPIERRE ROUSSEAU

A su llegada a Huancayo, Francoise Lapierre instaló un establecimiento comercial. Intimó con la chupaquina Petrona López, con quien se casó y formó familia. En Pincha, barrio natal de su esposa, plantó eucaliptos. “Allí se desarrolló uno tan inmenso que era visitado por mucha gente. Se convirtió en morada de gallinazos por su alta copa…” , recuerda el nieto, Luis Galván Lapierre, actual contador público huancaíno.
El mismo informante recuerda que el inmenso árbol fue abatido allá por los años 40; que su diámetro sobrepasaba tranquilamente los 2 metros y que el traslado, a Huancayo, de un solo pedazo llamado, “Tronco de Lapierre”, se hizo con banderas y fue motivo de fiesta general. (7)
Lapierre Rousseau, tuvo en Huancayo, el negocio de mantenimiento de las primitivas lámparas del alumbrado público. Fue profesor de francés en “Santa Isabel”. Con su trabajo se hizo de propiedades. En algún momento, gran parte de la manzana que ocupaba la Cárcel Departamental de Junín, fue su propiedad. Nostálgicamente pugnó siempre porque sus hijos se educaran bien y aprendieran el francés a fin de que pudieran proseguir estudios superiores en Francia donde tenía familiares. Lamentablemente, en este empeño no lo secundó su esposa por sentimentalismos provincianos.
Una de sus hijas, la última, fue doña Cristina Lapierre López, madre de nuestro entrevistado. Ella murió en 1972, a la edad de 80 años, e hizo valiosas referencias sobre la Historia del Eucalipto en el Valle del Mantaro.
Los restos de Francoise reposan en el suelo del Cementerio General de Huancayo, sobre cuya tumba se alzaba el recordatorio de una gran cruz de fierro que lamentablemente ha sido sustraída, debido a la codicia que despertaba su tonelaje. Pero a cambio quedan en el Valle millones de eucaliptos en más de 70 variedades aclimatadas, que es el mejor homenaje que se le puede tributar a quien trajo las primeras y pequeñas semillas de la maravillosa mirtásea.

APORTE DE MANUEL PARDO

Posteriormente, en 1872 llegaron a Huancayo mÁs plantas de eucaliptos por orden del Presidente Manuel Pardo y procedentes de la Escuela de Agricultura de Lima. Es de este hecho que da cuenta en su “Monografía de Huancayo” el Naturalista Nemesio Ráez Gómez, prominente miembro de la Sociedad Geográfica del Perú. (8)
Desde joven, Manuel Pardo fue un enamorado del Valle del Mantaro por cuyo progreso forestal se preocupó desde 1872, en que asumió a la Presidencia de la República. Leamos lo que escribió el fundador del “Partido Civil” a los 26 años de edad: “Jauja representante de la zona templada con un temperamento digno del Paraíso, produce el trigo, el maíz y todos los granos y frutos que se cosechan en el Mediodía de Europa. Una reunión de circunstancias excepcionales hace de la provincia de Jauja un País único en la superficie del Globo”. (9)
Es indudable que, por su parte, también contribuyeron a la aclimatación y difusión de este árbol, en el Valle del Mantaro, las opiniones favorables del sabio Sebastián Lorente, que funda el Colegio “Santa Isabel” de Huancayo en 1852, es decir 12 años antes de la llegada por primera vez de la mirtásea. “Aquí inspiraron a Lorente la copocidad de árboles como el quinhual, el aliso, el saúco, el guindo, el senecio, la “tacsoria” o tumbo. Así como al extraordinario geógrafo italiano Antonio Raymondi, esta tierra ofrecióle el cielo azul, los campos verdes, el canto de los zorzales y jilgueros; su paisaje con el sol radiante y las aguas plateadas del Mantaro. (10)
Asimismo, fueron también factores determinantes para la propagación del eucalipto en este Valle, los estudios de clima, paisaje y ecología de la Región, realizados por el sabio italiano Antonio Raymondi. De los 19 años que permaneció en el Perú, durante algunos estuvo en el Valle y, más concretamente en 1862 en Huancayo, estudiando la calidad de sus aguas a fin de recomendar a las más potables para las primeras piletas de la ciudad y, por cuenta del Concejo, tal como comentaba “La Esperanza”, en su edición del 23 de agosto de 1862. (11)

CONGRESO DEL EUCALIPTO

Este se realizó de abril a julio de 1969 en Huancayo, con el apoyo de las principales entidades que brindaron salas de conferencia y asistencia de funcionarios para los debates y, entre logros, aportó el esclarecimiento de algunos datos históricos como los enunciados.
Entre las personalidades extranjeras que brindaron su colaboración entusiasta, citamos al ingeniero Lucas Tortorelli, ex director de los Parques Nacionales de Argentina y funcionario de la FAO, quien aportó interesantes experiencias y conocimientos por intermedio de las páginas de “El Comercio” de Lima. Y, en este sentido, debemos destacar el apoyo entusiasta del Decano de la Prensa Nacional que abrió en aquella época una amplia campaña sobre la necesidad de una Reforestación Racional en todo el país.
Al tocar el punto de la participación de la prensa nacional en dicho Congreso, resulta obligado recordar el sesudo artículo escrito en aquel entonces por Ciro Alegría en “Expreso” apoyando el singular evento (12).

CORRECCIÓN NECESARIA

El evento resultó positivo en muchos aspectos, ya que incluso sirvió para que el joven ingeniero forestal Eduardo Velarde caracterizara la necesidad de hacer una corrección en el orden científico en la clasificación de las diferentes especies. “Nos hemos dado cuenta que en el Perú se confunde –subrayó el joven técnico. La especie EUCALIPTUS CAMALDULENSIS DEHN ò ROSTRATA SCHLECHT, señalándolas como especies diferentes cuando en realidad estos nombres constituyen una misma especie, o sea que son voces sinónimas”. (13)

NECESIDAD DEL SEGUNDO CONGRESO

Para terminar, nos permitimos sugerir la urgente necesidad de la convocatoria del Segundo Congreso Nacional del Eucalipto por la entidad pública o privada que sea, ya que lo fundamental en estos casos es el mutuo intercambio de informaciones estadísticas, a fin de establecer la cantidad exacta y volumen de los eucaliptos maderables que alberga en estos momentos la gran masa forestal de la República.

BIBLIOGRAFÍA

(1) Conclusiones del Primer Congreso Nacional del Eucalipto, realizado en Huancayo de abril a julio de 1969, organizado por la Federación Peruana de Defensa de los Recursos Naturales Renovables.
(2) “Apuntes de Historia y Sistemática del Género Eucaliptus” Edic. “Amauta”, Junín 1967, Perú, Eduardo Velarde.
(3) Entrevista con doña Fidela Zavala Maskaraqui, viuda de Jorge Nemesio Arturo Ráez Cisneros, autor de “Peces del Perú” y “Diccionario Quechua”.
(4) “Geografía del Perú”, París 1862, Mateo Paz Soldán.
(5) “El Eucalipto en Ocopa y en el Valle de Jauja”, Huancayo, abril de 1969, R.P. Emiliano María, franciscano de Ocopa.
(6) “El Cultivo del Eucalipto”, Florecillas de San Antonio, Lima 1919, R.P. Bernardino Idoyaga.
(7) “El Tronco de Lapierre”, entrevista con el contador público huancaíno Luis Galván Lapierre, nieto de Francoise. A.N.A Huancayo, julio de 1983.
(8) Manuel Apolonio Ráez. Huancayo: Ligeros Apuntes sobre sus Límites, Constitución Física, Habitantes, Caminos, Etc. Lima, 1892.
(9) “Las Guerrillas Indígenas en la Guerra con Chile”, Nelson Manrique Gálvez. Ital-Perù, 1981.
(10) “Historia del Colegio Nacional Santa Isabel”, Huancayo. “Ciusal”, Miguel Suárez Osorio.
(11) “La Esperanza”, órgano municipal de Huancayo, 1862.
(12) “El Congreso Nacional del Eucalipto”, artículo de Ciro Alegría, diario “Expreso”, Lima 1969.
(13) “El Eucalyptus Camaldulensis Dehn ó Rostrata Schlecht en el Perú”, Amauta, Junín 1968, Perú, ingeniero Eduardo Velarde.

miércoles, 23 de septiembre de 2009


INMIGRANTES DEL SIGLO XIX

Italianos en el Valle del Mantaro

Eugenio Callegari, innovó la alimentación en la sierra central, enseñando el cultivo y consumo de la alcachofa y otras hortalizas. Sus descendientes peruanos recibieron un homenaje del Alcalde de la Comune de Lerici, en Italia.

Desde tiempos de la colonia muchos italianos llegaron al Perú, principalmente de las regiones del norte, siendo en mayor número los procedentes de Génova y la región de Liguria. Los marinos genoveses eran reclutados en la armada española por sus habilidades en la cartografía y técnica de navegación, quienes después se convertían en mercaderes. España necesitaba buenos navegantes para el comercio con sus colonias; por eso, la República de Génova fue su aliada desde 1528 (1). Por aquellos años la vida en Europa, en general, era muy dura, agravada en las décadas de 1860 y 1870, cuando la industria naviera italiana entró en un proceso de cambio que permitió reemplazar las embarcaciones de vela por naves a vapor, con lo cual muchos marinos quedaron sin trabajo.

Testigo de esta historia de inmigrantes hacia tierras de América fue Eugenio Callegari Bertella, quien para llegar al Perú tuvo que pasar por una serie de peripecias, parte de las cuales lo conocimos hace poco durante un viaje familiar a Lérici, Italia, su suelo natal, donde fuimos recibidos por el Síndaco (Alcalde) de la Comune (Municipalidad) de Lérici, Emanuele Fresco, quien recordó algunas circunstancias que obligaron a los italianos a dejar su país en busca de nuevos horizontes. Fue una emocionante experiencia el haber llegado a la tierra que vio nacer al abuelo, donde la familia Callegari sigue latente en el tiempo y la historia.

Por entonces en el Perú se vivía, en cambio, una época de bonanza económica debido a la explotación del guano de las islas. Los marinos que ya habían visitado el Perú transportando guano, carbón y bienes manufacturados, fueron los primeros que decidieron establecerse en esta parte de Sudamérica, alentando a sus familiares y amigos a dejar su patria y buscar una nueva vida en el Perú. “Marineros y campesinos, principalmente de Liguria –dice Joëlle Hullebroeck en la presentación del libro “Los italianos en la sociedad peruana”-, llegaron de manera continua aunque no cuantiosa al Perú, trayendo a su país de adopción una “cultura de la movilidad” con redes de flujos migratorios familiares de ida y retorno y una gran capacidad de trabajo y ahorro” (2).

La adaptación de estos inmigrantes no fue difícil porque aquí encontraron un ambiente favorable debido a la tradición católica y a la herencia latina común. De otro lado, por el auge de la actividad comercial e industrial el Perú tenía que hacer propaganda en Europa para atraer más inmigrantes que ofrecieran invertir e iniciar nuevas industrias. Unos entraban “al sector de los negocios, como propietarios o dependientes en pequeños establecimientos de venta al por menor”; otros, “se desempeñaban en oficios especializados o semi- especializados, trabajando como sastres, albañiles, carpinteros o panaderos.” También se empleaban “como obreros, a la vez que las mujeres generalmente encontraron trabajo como mucamas, lavanderas o cocineras” (3).

Una élite de inmigrantes italianos, sin embargo, fueron empresarios, banqueros e industriales, que contribuyeron en el desarrollo del país, gracias a su buena educación y preparación. Poco a poco llegaron a fundar una serie de instituciones dedicadas principalmente a la salud, como el Hospital Italiano, y a la educación, permitiendo la incorporación de médicos y profesores italianos que introdujeron innovaciones en la medicina y la educación.

¿Cómo llegó Eugenio?

El inmigrante italiano optaba por establecerse de preferencia en el puerto del Callao, Lima y otras ciudades de la costa peruana. Sin embargo, no faltaron quienes se internaron hacia la sierra y la selva, para dedicarse a la minería y a la agricultura.

Uno de ellos fue mi abuelo Eugenio, natural de Lérici, región de Liguria, quien salió de Génova en junio de 1881, en el barco “Fanfulla”. Desembarcó en el puerto del Callao para no regresar más a Italia. Tras él vino su primo, también llamado Eugenio, para buscarlo, porque los familiares no sabían nada de él. Lo buscó por todas partes y nunca lo encontró, hasta que llegó a Trujillo donde se quedó definitivamente.

Eugenio Callegari nació el 13 de octubre de 1860. Sus padres fueron Giuseppe y Teresa. Tuvo dos hermanos mayores: Giovanni y Luigia. Refería que al morir sus padres el hermano mayor lo maltrataba, y muy joven ingresó a trabajar en una empresa ferrocarrilera de donde fue levado para cumplir con el servicio militar en la marina italiana. Es donde se informa de cómo se hacía fortuna en América, y particularmente en el Perú. Al llegar al Callao se adaptó fácilmente a la vida porteña, puesto que como era natural de la región italiana de Liguria, estaba acostumbrado a la actividad portuaria y marina. Deseoso de conocer más viajó hacia la región central del país, allí quedó impresionado por la belleza del paisaje y la riqueza minera de los Andes. Se convirtió, entonces, en minero, actividad en la que le fue muy bien. Al poco tiempo ya era capitán de minas (ahora ingeniero de minas) en Casapalca, Morococha y finalmente en Cerro de Pasco. Se recuerda que los días de pago recibía su remuneración en libras esterlinas en unas bolsas blancas de lona que con una cuerda se ataba por un extremo. En Lima conoció a la mujer que sería la compañera de toda su vida, Rosalía Sanabria Narváez, natural del pueblo de Matahuasi, provincia, por entonces, de Jauja, departamento de Junín.

Cuando Eugenio se retiró de la actividad minera, el matrimonio con sus cinco hijos se estableció en Matahuasi, donde la señora Candelaria Narváez (madre de Rosalía) era dueña de una considerable fortuna, en tierras y animales, en el anexo de Yanamuclo. El padre de Rosalía, JuandeMata Sanabria, había muerto heroicamente en el combate de Concepción, el 9 de julio de 1882, durante la invasión chilena. En Matahuasi compró una casa que la remodeló de tal manera que sus paredes medían casi un metro de ancho y la acondicionó dándole un confort único, el decorado de los interiores llevaba unas láminas especiales traídas de Italia. Por entonces era la vivienda más vistosa, y conocida como la “Casa del Canto”, donde posteriormente instaló un taller de herrería, que fue el primero del valle del Mantaro. Eugenio fue un hombre que llegó a tener una gran influencia y consideración debido a su eficiencia y don de gentes, a su honradez y dedicación al trabajo, su disciplina y responsabilidad. Fue muy querido, respetado y depositario de toda confianza.

El aporte de Eugenio Callegari en el centro del país es notable en la economía, la industria y la cultura. Introdujo el cultivo y consumo de la alcachofa y demás hortalizas en Matahuasi y el valle del Mantaro. Los que lo conocieron contaban que los lugareños al verlo a él y su familia degustar las hortalizas se admiraban y decían “el gringo que come hierba”. Del mismo modo fue un aliado importante de los padres franciscanos del convento de Ocopa en la propagación del plantío del eucalipto en toda la zona. Por todo esto, Eugenio Callegari debería ser considerado como un precursor de la formación técnica y de la ecología en el Perú, por haber sido pionero de la minería, la industria metalmecánica y uso adecuado de la tecnología de la época, así como por difundir el cultivo y consumo de la alcachofa y otras hortalizas y la reforestación del centro del país.

El matrimonio tuvo cinco hijos: Emilia, Odilia, Rubén, Pílade y Licia Callegari Sanabria, cuyos descendientes hoy viven en Matahuasi, Huancayo, Satipo, Huanuco, Lima, y otras ciudades del país. Los 21 nietos siguen las huellas del inmigrante italiano como industriales, empresarios y profesionales. Los bisnietos, igualmente, pueblan distintos lugares del Perú y el extranjero varios, precisamente, viven en Italia. A los 74 años de edad, Eugenio murió el 16 de enero de 1934. Sus restos reposan en el cementerio general de Matahuasi, pueblo que adoptó como su tierra natal.

En busca de la patria del abuelo

Esta nota, quizás, no estaría completa sin un breve comentario sobre el reciente viaje que hicimos a Italia. En efecto, desde diciembre del 2007 y enero del 2008 estuvimos por allá en compañía de mi esposa Elvira, mi hermano Sigifredo y mi cuñada Cory. Fue un viaje de visita a los sobrinos: Karito, Francisco y Fernando, con motivo del matrimonio de la primera, quien se casó el 12 de enero con el italiano Daniele Baldassa. Pero también había otro motivo, llegar a Génova y Lérici, lugar donde nació y vivió el abuelo Eugenio. Allí nos encontramos con Riccardo Bonvicini, hijo de Luigi Bonvicini Callegari (fallecido el 2002), con quien ya manteníamos correspondencia desde 1985, gracias al amigo de Sigifredo de apellido Bertolazzi, natural de Bologna. Este segundo deseo se cumplió el 21 de enero, un lunes que será inolvidable. Dos días antes habíamos celebrado los 44 años de cuando Elvira y yo nos unimos en matrimonio. Fue extraordinario. Recordar un aniversario tan especial en una ciudad europea.

El sobrino Riccardo es periodista del diario IL SECOLO XIX de la ciudad de La Spezia. Un orgullo de colega. Sabíamos que él quería conocerme y, desde luego yo, ni qué decir, y con un abrazo al estilo italiano estrechamos el vínculo familiar. En el caso de mi hermano, era simplemente un encuentro más, pues él llegaba a Italia por enésima vez. Algunos nietos y bisnietos de Eugenio Callegari, nacidos en el Perú, han adquirido la ciudadanía italiana, esto es loable, pero es justo reconocer que ello ha sido posible gracias a Sigifredo Yupanqui Callegari, quien en 1995 hizo un viaje expreso a Italia, para sacar de Lérici la partida de nacimiento del abuelo, documento sin el cual no se podía iniciar ningún trámite. Ahora está abierto el camino para que otros descendientes del inmigrante se acojan a este derecho de la doble nacionalidad, que nos corresponde de acuerdo a ley.

El sobrino Riccardo también propició un encuentro con Emanuele Fresco, Síndaco de la Comune de Lérici. El Síndaco al conocer de nuestra presencia como peruanos descendientes de un lericino nos dio una recepción muy cálida, resaltando la trascendencia de la visita. Dijo que era un momento agradable tener en la Comune de Lérici a descendientes de un italiano ilustre que hizo de su vida una patria familiar en el Perú.

En seguida, sacó de una vitrina de su lujoso despacho la bandera y escudo de la ciudad y su banda, símbolo de autoridad, para expresar oficialmente la bienvenida y permanencia de los descendientes del italiano Eugenio Callegari. Sean bienvenidos, concluyó, en este pueblo que también es de ustedes, porque desde aquí partió un italiano hacia el Perú que también es nuestro en sentimientos y respeto, dijo emocionado. Finalmente, nos obsequió un almanaque histórico del 2008, con textos de Riccardo Bonvicini, y un libro de versos “PICCOLO CABOTAGGIO” del poeta italiano Paolo Bertolani, natural de La Serra de Lerici. Por nuestra parte, agradecimos muy cordialmente. Luego, guiados por el sobrino, fuimos a La Serra, el lugar donde vivió el abuelo Eugenio, nos enseñó el sitio donde estuvo la casa en la que nació, ahora ocupado por otros edificios; después, llegamos al archivo histórico de Sarzana, a donde acudimos para obtener documentación histórica de la familia.

De Lérici pasamos a visitar Cinque Terre (Cinco Tierras), guiados por Daniele, el esposo de Karito, recorrimos estos encantadores lugares admirando Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso, un corredor maravilloso “entre el cielo y el mar, un paisaje creado por el hombre”. Cuan hermosa la impresión de realidades distintas como, por ejemplo, el lago Maggiore que baña varias ciudades de Italia y Suiza; el Duomo, el Castillo de Sforszesco de la época medieval o el Museo de la Ciencia y la Tecnología Leonardo Da Vinci de Milán; el Museo Textil de Busto Arsizio, se dice que esta ciudad es la cuna de la industria textil europea. Roma “La Eterna”, la Basílica de San Pedro en El Vaticano, Venecia, Génova, Florencia. En fin, fueron unos días de extraordinarias e inolvidables experiencias. Gracias al abuelo.

(1) BONFIGLIO, Giovanni, LOS ITALIANOS EN LA SOCIEDAD PERUANA,
Segunda Edición, Lima, 1994, p. 20.
(2) BONFIGLIO, Giovanni, ob.cit. p. 9.
(3) WORRALL Janet Evelyn, LA INMIGRACIÓN ITALIANA EN EL PERÚ
1860 – 1914, Lima, 1990, p. 5 y 6.

Lima, Marzo del 2008.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Los límites entre las provincias de
Jauja y Concepción

(Publicado en la revista “Montacanasta” N° 19 de Concepción, de Julio-Setiembre del 2009,
que dirige el profesor y periodista Jesús León Gonzales).

La Constitución de 1823 dividió al Perú en Departamentos, Provincias y Distritos, en sustitución de facto de las intendencias, partidos y curatos o parroquias, respectivamente, de la colonia. La creación de esta nueva nomenclatura se debió a la iniciativa de algunos representantes del Congreso o del Poder Ejecutivo, y se dieron en Lima, generalmente sin conocer la realidad del país, es decir se crearon distritos, provincias y departamentos de manera arbitraria queriendo los proponentes, quizás, congraciarse con alguna población o pagar favores políticos, por eso es que las leyes de creación en la mayoría de los casos, por desconocimiento del territorio, no precisan los límites causando conflictos entre vecinos. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de Ingenio y Quichuay, que siendo parte natural de Concepción y estando a sólo cinco kilómetros de su plaza principal, los pobladores de esos distritos tienen que viajar más de 20 kilómetros para llegar a la provincia de Huancayo, a la que los legisladores le asignaron.

La Dirección Nacional Técnica de Demarcación Territorial reconoce que los conflictos actuales, como consecuencia de la imprecisión y carencia de límites territoriales departamentales, provinciales y distritales, obedecen principalmente a la antigüedad de las creaciones políticas, así como a la falta de precisar procedimientos, criterios, requisitos técnicos y definiciones; y, hasta 1950, a la carencia de una cartografía que permita una lectura detallada del territorio. Los criterios para las creaciones no siempre han sido sustentados técnicamente, de modo que respondan a las exigencias de su geografía y al desarrollo social, mas al contrario, han sido impulsados por intereses políticos, económicos, etc., trayendo como consecuencia una división político administrativa poco funcional, que no facilita el ejercicio del gobierno local y la buena administración. Según la misma fuente el 79.8 por ciento de los distritos y el 92 por ciento de las provincias no están debidamente delimitadas.

Veamos la delimitación entre las provincias de Jauja y Concepción. Concepción era distrito de la provincia de Jauja y, por lo tanto, no tuvo motivos de preocupación por asuntos limítrofes por el Norte, hasta cuando le tocó elevarse a la categoría de Provincia por Ley N° 11648 de 30 de noviembre de 1951. Para que se diera la ley respectiva el Congreso encargó a la Sociedad Geográfica de Lima para que diera la delimitación correspondiente, según el dictamen, los linderos de la nueva provincia de Concepción por el Norte serían: Una línea que partiendo de un punto sobre el río Mantaro, cae en forma perpendicular sobre la línea del Ferrocarril Central Jauja-Huancayo, a la altura del kilómetro 311; sigue por las líneas del Ferrocarril hasta sobrepasar en 350 metros la marca del kilómetro 315, de donde varía al Sureste hasta encontrarse con el camino de herradura que conduce al pueblo de Yanamuclo, muy próximo a este camino corre el río Seco, de este lugar se dirige al Noreste atravesando la Carretea Central a la altura del kilómetro 317 menos 150 metros del Ferrocarril; sigue por la Carretera Central hasta el cerro Huamanhuaca, de donde asciende por el Divortium Aquarum, siguiendo sucesivamente por los puntos Rayia-Pata, Cruz-Puquio y Canchuyo, finalizando en el de Palia, sobre la margen izquierda de la Quebrada de Uñashuanca; continúa luego por el curso aguas arriba de esta Quebrada, hasta alcanzar una distancia de dos kilómetros, en que incide en un hito de demarcación interpueblos, allí existente; de este punto sigue por los de Tayasha, Chicchipata, Milouclo, Malahierba y Ninabamba, terminando en el hito de Chonta Chico.

La franja norte de la provincia de Concepción que se extiende entre las líneas del Ferrocarril y el río Mantaro llega, como ya se ha dicho, hasta el kilómetro 311 de la vía férrea, pero por algún breve tiempo llegó hasta más al norte, porque cuando se creó el distrito de Matahuasi el 23 de octubre de 1896, la ley (que se aprobó en el Congreso en 1893) incluía en la nueva demarcación a los pueblos de San Lorenzo y Huamalí, llegando a colindar entonces con Ataura; pero la Comisión de Demarcación Territorial del Congreso, admitiendo que “los pueblos de San Lorenzo y Huamalí, unidos a Apata por su situación topográfica y por vínculos y tradiciones especialísimas” y por estar muy distantes de Matahuasi con respecto a Apata, propuso la modificación mediante otra ley, disponiendo que los pueblos de San Lorenzo y Huamalí, continuarán formando parte del distrito de Apata de la provincia de Jauja. Una muestra más de que en Lima dan las leyes de creación de distritos y provincias sin conocer el territorio. Y, por último, al otro lado de la vía férrea, hacia el Este, es fácil ubicar la línea demarcatoria entre ambas provincias, partiendo del kilómetro 317 a 150 metros antes, el camino antiguo muy próximo al río Seco hasta la Carretera Central y por esta vía hasta el cerro Huamanhuaca y el Divortium Aquarum, señales geográficas inequívocas. Es de advertir, además, que ni la ley que crea el distrito de Matahuasi ni la ley modificatoria señalan límites, lo que nos remite a la delimitación establecida por la Sociedad Geográfica de Lima, al crearse la provincia de Concepción, delimitación válida para las provincias de Jauja y Concepción y para los distritos de San Lorenzo, Apata y Matahuasi.

Lope Yupanqui Callegari.
e-mail: yupanquicallegari@yahoo.com
Blog: eco-andino.blogspot.com

El Club Departamental Junín Realizó con Éxito la Primera Feria del Libro de Junín

Con el auspicio de la Municipalidad de San Borja, el domingo 22 de abril del 2007, en el parque “9 de Julio” del mismo Distrito, se realizó la Primera Feria del Libro de Junín en homenaje al “Día Internacional del Libro”, al “Día del Idioma Castellano” y al 473° Aniversario de la Fundación Española de Jauja como Capital del Perú. Además estuvo presente la “Fiesta Culinaria” a base de los sabrosísimos cuyes, variedad de panes y otros platos típicos.

Esta es la primera actividad cultural de la nueva institución que contó con la presencia de autoridades de la Municipalidad de San Borja, de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas del Perú, demás autoridades del Distrito, invitados especiales e intelectuales de la región central y del país. Los autores que se hicieron presente exhibieron y vendieron sus obras. Se calcula que aproximadamente un millar de libros se expusieron, destacando los más antiguos como la obra HUANCAYO de Oscar Chávez, escrita en 1926, entre otras.

El presidente del Club Departamental Junín, Abelardo Samaniego Arauco, en la ceremonia que se realizó a las 11 de la mañana, hizo una breve reseña del libro juninense y sus autores desde el siglo XIX, y la destacada actriz nacional, Sra. Delfina Peredes Velásquez, declamó los versos referidos al Libro del vate universal César Vallejo y el poema CANTO A JUNÍN del poeta concepcionino Gustavo Prochazka Travi, quien fue galardonado con la Guirnalda de Laurel; y el escritor Edgardo Rivera Martínez recibió de sus codepartamentanos la propuesta de ser candidato al Premio Nóbel de Literatura para el año 2008. Cerraron el programa el representante de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas del Perú ANEA y presidente de la Asociación Cívico Patriótica del Perú, Dr. Eduardo Portocarrero Luque, y la regidora Nori Paz Urrunaga de Ayala, a nombre del Alcalde de San Borja. Por último, los asistentes a la feria se sirvieron un vino de honor y degustaron algunos platos típicos, como el exquisito picante de cuy.

Los autores que concurrieron y exhibieron sus libros no sólo fueron del departamento de Junín, sino también amigos de otras latitudes, como por ejemplo, el celendino Santiago Araujo, el ancashino Arturo Aranda y el apurimeño Cosme Zegarra, entre otros.

El Pelotaris, Deporte de Origen Vasco

Con el nombre de pelotaris se conoce al juego tan difundido en el valle del Mantaro, que con la palma de la mano se lanza la pelota a un frontón. El juego llegó al Centro del país traído por los padres franciscanos, cuando en 1725 se establecieron en el convento de Santa Rosa de Ocopa. Al principio jugaban sólo ellos al interior del convento, pero como el deporte es el mejor medio socializador, poco a poco fue extendiéndose en los pueblos circunvecinos. Hoy es ampliamente practicado en las provincias de Concepción, Huancayo, Chupaca, Jauja, Yauli, Junín y Cerro de Pasco. En Lima también hay frontones, como en el campo de “Buenos Aires” en Barrios Altos o el del campo de Ceres en Ate, entre otros, donde van a jugar los pelotaristas provincianos, especialmente del Centro del país, residentes en la Capital.

En España, los vascos han desarrollado este juego denominado Pelota Vasca o juego de palma con pelota. Para ellos, pelotaris son las personas que practican el juego. Allá es deporte nacional y cuentan desde 1929 con la Federación Internacional de Pelota Vasca que orienta y promueve este deporte. Aquí, en nuestro medio, es necesario y será de mucha importancia que el Instituto Peruano del Deporte haga un esfuerzo por reconocer, reglamentar, oficializar y promover el varonil juego de pelotaris, eminentemente socializador y sano, que fortalece el acercamiento, compañerismo y solidaridad entre los pueblos que lo practican.

Los juegos con pelota, como es sabido, son de carácter universal y sus inicios se remontan a tiempos inmemorables. Hay leyendas que hablan de personajes mitológicos jugando con pelotas de piedra. Asimismo, son numerosos los documentos medievales que citan el juego de palma con pelota. La evolución de esta práctica daría lugar a lo que actualmente son el conjunto de modalidades denominadas como pelota vasca. Es el juego vasco con mayor proyección internacional, objeto de espectáculos en otros lugares del mundo como los EE.UU. de América, países latinoamericanos y Filipinas (http://www.geocities.com)/.

La modalidad de pelota a mano es la más antigua y la que se ha arraigado y desarrollado en nuestros pueblos de la región central con el nombre de pelotaris, y de pelotera, el campo donde se practica. Consiste en que la pelota es golpeada y lanzada hacia la pared o frontón con la palma de la mano, sin ningún instrumento accesorio que sirva de protección o cumpla otro fin. Este deporte, que requiere de inteligencia y fuerza, en la actualidad se juega con pasión en todos los pueblos de las provincias señaladas, despertando en el público, de otro lado, gran entusiasmo e interés por las apuestas.

La pared o frontón tiene un largo de 20 metros por seis de alto, de un sólo frente, ubicado en un terreno plano y afirmado, sin asperezas, de forma trapizoidal, pudiendo llegar hasta 60 metros desde la pared, el lado paralelo al frontón se abre a cada lado unos dos metros. La pelota de pelotaris es dura, del tamaño de una pelota de tenis, pesa aproximadamente 75 gramos y está hecha por una envoltura de jebe delgado forrada luego con una capa de estambre y, encima, por un cuero de gamuza finamente cosido.

EL JUEGO

El juego de pelotaris se inicia con el saque de la pelota con la mano del frontón, y después de que dé un bote la pelota, o sin bote, un jugador contrario la lanza contra la pared, también con la mano, y así sucesivamente hasta que uno de los contendientes pierda la continuidad del juego. Gana el equipo que llega a acumular 24 puntos, u otro puntaje según convenio entre las partes. Los equipos se forman también según pactos entrambos de cuatro, tres o dos jugadores por bando, existiendo también los desafíos mano a mano. Los saques para ser válidos deben pasar una línea paralela al frontón aproximadamente a 20 metros. El jugador que lance mal la pelota o la deje “morir” hace perder a su equipo y el punto se anota el grupo contrario, correspondiéndole por lo tanto el saque. El juego es dirigido por un juez o árbitro que anota los puntos que van sumando los contendientes, cuyos fallos son indiscutibles e inapelables.

El Prof. Juan Tenicela Ponce se ha inspirado en el juego de pelotaris y ha “dedicado a los amigos que practican el viril deporte” unos versos que se encuentran en su poemario que titula “Truenos del Atardecer” (Lima, 2003, p. 6-8), del cual extraemos los siguientes cuartetos:

Corre el contendor, a la pared restando, / estira la mano, veterano, da remate, / corre el otro, salva la pelota reptando, / la devuelve a los lados y no hay mate.
Sigue el juego con risotadas y lisuras; / candente vuélvese el día oyendo sermones; / saca, resta, vuela la pelota hasta los rincones, / agitan corazones y penas con tiesura.
Del Perú pocos pueblos conocen viril juego; / Chupaca, Huancayo, Jauja, Junín, Concepción, / irradian disputas candentes cual fuego, / tiempo ya que el I.P.D. dé su oficialización.
Otrora reducido campo fue “San Pablo”/ mudo testigo de titánicos encuentros, / hoy, en finca “Buenos Aires” hay eventos / que casi lloroso del pasado, no hablo.
Juego de pelotaris, te quiero con pasión, / allí conocí amigos falsos y sinceros, / no importa que pase el tiempo sin linderos, / yo jugaré con amigos de toda condición.

Al final del poema hay una nota en referencia al “frontis de pelotaris” del campo deportivo “Buenos Aires” de Barrios Altos que fue obra del recordado profesor matahuasino, por mucho tiempo administrador del recreo, don Jesús Oré Picho, Q.E.P.D.

GRANDES PELOTARISTAS DE AYER Y HOY

A continuación señalamos los nombres de algunos destacados pelotaristas de la región central del país. Claro está, que no están todos como debiera ser; sin embargo, considérese por ahora una aproximación, que más adelante, poco a poco, irá enriqueciéndose. Sea, pues, un homenaje de reconocimiento a los grandes valores de ayer y de hoy de este viril deporte, para que su recuerdo sirva de ejemplo y sean los paradigmas de las nuevas generaciones.

De Chupaca: Alberto Vilchez, Leoncio De la Cruz L., Justo Córdova, Angel Huamán, Ernesto Herrera, Gonzalo Laurente, Hugo Galván, Hermógenes Maraví, los hermanos Alvarado; de Sicaya: Oscar Ruiz, Francisco Villanueva, Carlos Gutarra, Julio Laura, Oscar Baquerizo; de Ahuac: los hermanos Arcos; de 3 de Diciembre: Juan, Edmundo y Gerson Castañeda; de Mito: Dante Vera, Juan Urdánegui Basurto; de Cajas: Máximo Castro, Javier Cosme; de Hualhuas: ... Velásquez, los hermanos Gamarra (“Toro” y “Torito”); de Concepción: César Ledesma, César Lozano, Justo Alipázaga e hijos, Juan Mesías Agüero, Tomás Manrique, Leopoldo Quinto, Hernán Vásquez Ch., ... Pantoja, Teodoro Maldonado; de Chota: Teobaldo Fernández D.

De Matahuasi; Abencio Rodríguez Carpio el más grande del valle del Mantaro convertido en una leyenda del pelotaris, Luis y Federico Aguilar, Eduardo, Abelardo y Juan Orosco Ames, Silvano Oré Salgado, Oscar Bravo Segovia, Amador Meza Adarmes, Leonidas Velasco Castro, Alfonso Oré Pérez, Moisés Pérez, Abraham Escobar Oré, Abelardo Escobar (“Lalo”), los hermanos Meza, los hermanos Barreto; de Apata: Alfredo Márquez e hijo Lolo, Alcibiades Márquez, Leopoldo Martínez, Marcelino Cejo, Antonio Muñoz, Antonio y Rolando Tenicela, Juan Tenicela Ponce, Orcoff Barreto, Germán Olivares, los hermanos Granados, los hermanos Bravo, Manuel Muñoz S., Sayán Palacios; de El Mantaro: los hermanos Huánuco, Francisco Sucuitana, Manuel Ponce, Marcial Figueroa; de Huayre-Junín: Armando Guerre, Adrián Anco, Máximo Cóndor, los hermanos Huaynate, los hermanos Porras, hijos y sobrinos.

Repetimos, en esta relación faltan muchos, de los pueblos mencionados como de otros no citados, pelotaristas que brillaron ayer y tantos más que brillan actualmente. No aparecen por falta de mayor información. Por eso, solicitamos a quienes conozcan sobre el particular nos escriban al correo que aparece al final de la nota.

Lope Yupanqui Callegari
e-mail: yupanquicallegari@yahoo.com
Blog: eco-andino.blogspot.com

viernes, 4 de septiembre de 2009

126º Aniversario de los combates de Acostamabo, Pampas, Huarpa, Huanta... de Setiembre de 1883.
Después del desastre de Huamachuco, Cáceres descansó unos días en Jauja –dice en sus Memorias- y luego hizo un llamamiento a las armas a los pueblos del centro para continuar la lucha contra el invasor. La derrota de Huamachuco había sido para él un acicate para seguir luchando. Lo demuestra el 12 de agosto de 1883, cuando en una nota le dice al contralmirante Montero: “¡El ejército de mi mando sucumbió valerosamente! ¡El desastre sufrido, lejos de abatir mi espíritu, ha avivado, si cabe, el fuego de mi entusiasmo!”. Palabras que, según Basadre, la historia del Perú debe acoger entre las más bellas que sus páginas pueden registrar.
Sólo un hombre como Cáceres podía en esas circunstancias sentirse firmemente resuelto a seguir consagrando sus esfuerzos a la defensa nacional. Cáceres conocía muy bien el desgaste del enemigo, por eso que no consideraba definitivamente terminada la resistencia armada. En tal virtud le hacía ver a Montero que desde el punto de vista militar y político era necesario contener el avance de las fuerzas invasoras hacia el departamento de Ayacucho y le recordaba que si bien contaba con numerosos voluntarios le faltaba las armas necesarias que le solicitaba con urgencia, para afrontar el cuarto período de la Guerra.
El coronel Martiniano Urriola, jefe de las tropas chilenas, desde Tarma marchó hacia Jauja, Huancayo y Ayacucho, con una división de 1500 hombres en persecución de Cáceres. Su objetivo en esta fase era cerrar el paso hacia el centro, para prevenir el repliegue de Montero hacia esa ruta para cuando emprendieran campaña contra Arequipa, e impedir que Cáceres pudiera reorganizar su ejército en Ayacucho, su tierra natal, donde tenía un gran apoyo, para lo cual, el jefe chileno tenía la orden de Lynch de liquidar toda resistencia y garantizar la consolidación del régimen de Iglesias, cuyas autoridades se posesionaron en muchos lugares apoyadas por las armas chilenas con la amenaza, además, de ser severamente castigados los que se opusieran a sus designios.
El llamamiento hecho por Cáceres en Jauja había producido el resultado deseado. Cuando llegó a Ayacucho ya tenía numeroso contingente y, por otra parte, las guerrillas continuaban actuando en toda la región central. En una carta enviada por el jefe chileno desde Huancayo informaba del enfrentamiento que había tenido con una fuerza guerrillera de 500 hombres en Huacrapuquio, el 12 de agosto, y la continua actividad de estas guerrillas que venían operando en Comas, Huayllabamba, Colcabamba, Pampas y Pazos, localidades situadas en los departamentos de Junín y Huancavelica, con muertos y heridos de ambos lados.
Desde que Urriola partió de Huancayo fue hostilizado en todo el trayecto por las fuerzas guerrilleras del sur de Huancayo, Huancavelica y Ayacucho que, esta vez, desplegaban un combate muy amplio, tanto contra las fuerzas chilenas como contra los iglesistas. El grado de autonomía alcanzado por las guerrillas indígenas era casi total. El saqueo de las haciendas era una cuestión agregada en rechazo al colaboracionismo de los partidarios de Iglesias.
En Colca, el jefe de una guerrilla numerosa y altamente organizada era Tomás Laimes, reconocido como general por sus huestes y que tenía como lugartenientes a los combatientes de apellidos Briceño, Vílchez y Santisteban. Las acciones de esta guerrilla estaban también dirigidas contra las propiedades de los terratenientes. Para ellos era igual combatir contra las fuerzas chilenas o contra los colaboracionistas, sus enemigos de clase.
El accionar de las guerrillas contra Urriola tenía por objeto dificultar la marcha de las fuerzas invasoras hacia el sur, para que Cáceres continuara con la organización del Ejército del Centro. Esta lucha iba incorporando nuevos medios de defensa, como reductos o trincheras hechos por el célebre Laimes para resistir a los chilenos, quienes al llegar a la región de Acostambo fueron recibidos a tiros.
La resistencia indígena mantuvo su intensidad a medida que las fuerzas chilenas avanzaban hacia el sur. El hostigamiento guerrillero era constante, recrudeciendo al acercarse a Izcuchaca. Para entrar en la zona, los soldados chilenos se vieron obligados a tomar rutas extraviadas porque tiradores bien parapetados en las alturas emboscaban los caminos. El cruce del río Mantaro fue igualmente dificultoso, cuando los guerrilleros intentaron cerrar el paso de los chilenos por el puente, fueron traicionados por los iglesistas dirigidos por Milón Duarte, trabándose enconada lucha hasta que al fin abrumados por el fuego enemigo, los guerrilleros tomaron las alturas desde donde desgalgaron enormes piedras, sembrando el pavor en los chilenos.
El 18 de setiembre los guerrilleros de Huando se enfrentaron a las fuerzas invasoras, sin lograr detenerlas. En Huarpa también los chilenos fueron duramente hostilizados. Urriola confiaba no encontrar resistencia en la región, porque los iglesistas habían venido laborando activamente para allanarle el camino, sobre esto le informaron en una nota, afirmando que Huanta no ofrecería resistencia. Pero Huanta estaba dividida, algunos vecinos estaban decididos a resistir, entre ellos el alcalde Francisco Sánchez, quien ofició al Prefecto Morales Bermúdez, solicitándole refuerzos porque el pueblo de Huanta estaba dispuesto a batirse “costare lo que costare”, pero esta solicitud no fue atendida, y Huanta tendría que combatir sola.
Del otro lado, los iglesistas de Huanta convocaron el 15 de setiembre un cabildo abierto presidido por José María Cárdenas. Según Luis Cavero en su Monografía de Huanta, eran los mismos de levita y gamonales que temiendo ser perjudicados en sus intereses particulares se ocultaron por no defender los intereses generales de la Patria.
El cabildo abierto decidió abrir las puertas a las fuerzas de ocupación y plegarse al régimen de Iglesias, adhiriéndose incondicionalmente al tratado de paz que se preparaba entre el Gobierno Regenerador de Montán y los chilenos, y desconociendo la autoridad del subprefecto, Federico Arias Ayarza, nombrado por el General Cáceres, eligieron en su lugar a José María Cárdenas. También acordó destinar la cantidad necesaria de los fondos municipales para atender los gastos de la recepción a las fuerzas chilenas.
Esta decisión no fue aceptada por todos los hauantinos y concitó el repudio de las comunidades circunvecinas. Al ver la obstinación de los indios y su actitud hostil y amenazadora se armaban también los notables al mando de José María Cárdenas, en cuya casa los iglesistas preparaban la recepción a los chilenos. Una comisión compuesta por Manuel Quisoruco, Feliciano Urbina, José Chávez y otros más que iban a darles el alcance fue atacada por guerrilleros partidarios de Cáceres. Al medio día del 18 de setiembre se entabló un reñido combate que duró cinco horas. Al final Huanta fue tomada por las guerrillas y los iglesistas sobrevivientes se refugiaron en la iglesia.
El 25 de setiembre se trabó un primer combate entre las guerrillas huantinas y las fuerzas chilenas. El 27 las acciones llegaron a su punto más alto, los guerrilleros huantinos cayeron sobre la columna enemiga, entablándose un furioso combate que ocasionó numerosos muertos en los dos bandos. Ese mismo día Urriola entró en Huanta, liberando a los iglesistas refugiados en la iglesia y castigando al pueblo con el incendio de sus viviendas, matando sus animales y depredando sus pertenencias de valor. El 30 partió rumbo a Ayacucho, donde no encontró resistencia, pues Cáceres se había replegado hacia Andahuaylas, para continuar con la preparación del Ejército del Centro. Urriola, sin embargo, para abandonar Ayacucho tuvo que necesitar la ayuda de los hacendados y ricos comerciantes. La colaboración de los iglesistas, partidarios del acuerdo de paz con cesión territorial, con las fuerzas chilenas era evidente, al punto que los hacendados de Huancavelica formaron una milicia urbana para proteger la retirada del ejército chileno y para detener la presión de los guerrilleros de las comunidades que ejercían sobre la ciudad.
Cáceres llegó a Andahuaylas el 03 de octubre y al día siguiente le escribió a Montero, manifestándole la sorpresa que le había causado la tenaz resistencia de los huantinos. Según él, lo que había desencadenado la resistencia fue el conocer que los iglesistas venían colaborando con los chilenos, lo que había herido el patriotismo de los comarcanos. A fines de octubre, el ejército y la guardia nacional estacionados en Arequipa se desintegraron y su jefe el contralmirante Montero, que le negó todo apoyo a Cáceres, por Puno huyó a Bolivia luego a Argentina y posteriormente a Europa. El 29, los chilenos ocuparon Arequipa sin disparar un tiro.
Y mientras Cáceres nombraba al coronel Miguel Lazón como Comandante General de los destacamentos guerrilleros y el pueblo seguía combatiendo, Iglesias en forma apresurada y traidora había aceptado el oprobioso Tratado de Ancón, el 20 de octubre de 1883, por el cual el Perú perdía Tarapacá y Arica, y se quedaba con el lastre que hasta hoy arrastra.

Lima, Setiembre del 2009.

Lope Yupanqui Callegari.