lunes, 20 de abril de 2015

Morococha

Morococha y el valle de Tambo

Acabamos de regresar de un viaje a la ciudad de Huancayo. La estada en la “Incontrastable” fue, como siempre, muy placentera: su clima, poca lluvia ya en este mes y bastante sol, los alimentos sanos y frescos, todo es agradable; sin embargo, en el centro de la ciudad se soporta el intenso y desordenado tránsito vehicular, que se complica en las calles angostas que casi no tienen veredas o son muy estrechas para los transeúntes. Huancayo, igual que Lima, ha crecido repentinamente y sin proyección al futuro.
            El viaje por la Carretera Central también resulta cómodo cuando no hay interrupciones, como en esta oportunidad, pero dos sentimientos surgen al contemplar el panorama; por un lado, de agrado y felicidad ante la presencia de un hermosísimo paisaje que sorprende e invita a admirar la belleza de la naturaleza, a lo largo del trayecto de la sierra a la costa, a pesar de que la vía central ya está colapsada y tomada por los vehículos de carga pesada, sin que las autoridades competentes se preocupen por abrir el túnel Trasandino u otra vía alterna.
Y, por otro lado, un sentimiento de amargura y tristeza, al constatar la contaminación de las aguas y del medio ambiente en general por la acción corrosiva de la actividad minera, por ejemplo, Morococha, convertida en un territorio desolado, donde sólo se puede ver huecos y montones de tierra, donde otrora estaba la ciudad con todos sus servicios, y los campamentos en hileras, y las torres de las “winchas” por donde se descendía a los socavones a extraer el mineral, no había extracción a tajo abierto.
            Cuánta razón tienen los pueblos arequipeños del valle de Tambo de defender sus aguas y su floreciente agricultura y decir NO a la mina, NO al proyecto Tía María sin el consentimiento de sus pobladores, de los que allí viven y vivirán sus hijos y sus nietos… Para que esos hermosos parajes no se conviertan en lugares como Morococha, o como el río Mantaro, o como Cerro de Pasco o Huancavelica donde se extrae minerales desde comienzos del siglo pasado y, paradójicamente, son los departamentos con mayor pobreza y mayor pobreza extrema.
            El Perú no sólo tiene minerales, también es un país agrícola y ganadero, tiene recursos marinos, bosques, petroquímica, en fin, es un país que se caracteriza por tener todo tipo de riquezas, el turismo es otro factor extraordinario de desarrollo, lo que hace falta es que haya un gobierno con plena autonomía que piense en el Perú y que el Estado peruano soberanamente administre sus recursos naturales en beneficio del país y sus habitantes y no como ahora que los gobiernos permiten que nuestras riquezas se las lleven las empresas transnacionales sin pagar impuestos y otras prebendas y se enriquezcan impunemente los políticos corruptos. ¿Algún día el Perú será reivindicado?
.  
Lima, 16 de abril de 2015.


CPP. Lope Yupanqui Callegari