viernes, 27 de junio de 2014

Del Congreso de Folklore de Huánuco

XXII CONGRESO NACIONAL Y XI CONGRESO INERNACIONAL DE FOLKLORE “ROSA ELVIRA FIGUEROA NÚÑEZ”
Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco

Los Santuarios Religiosos Prehispánicos
de Matahuasi y la Danza de los Auquines

Ponencia sustentada por el CPP. Lope Yupanqui Callegari

Introducción:
El 07 de agosto del 2006, el Instituto Nacional de Cultura resolvió “Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a la “Danza de los Auquines” de Matahuasi, Yanamuclo y Maravilca” con su respectiva música. Este reconocimiento ha servido para que personas conocedoras de folklore se interesen por conocer más acerca de esta danza que, en realidad, tiene muy poca difusión.

Ubicación de Matahuasi:
Croquis del distrito de Matahuasi con los 3 santuarios religiosos prehispánicos:
Matahuasi, Markawillka y Huánchar.
 




Matahuasi es un distrito de la provincia de Concepción, departamento de  Junín, ubicado en la margen izquierda del valle del Mantaro, al centro entre las ciudades de Jauja y Huancayo. A 3200 msnm, dista de Lima 280 Km. de donde se llega por carretera, ferrocarril y por vía aérea hasta el aeropuerto de Jauja. De Matahuasi parte el desvío de la Carretera Central hacia el convento de Ocopa. El pueblo ofrece excelentes condiciones para hacer turismo, sobre todo el turismo vivencial.
Su suelo está bañado por tres ríos: el Mantaro, el Achamayo y el río Seco, además de la torrentera de la Lloclla, los manantiales de San Juan de Yanamuclo y el Hondovado y una laguna. El microclima que posee favorece la producción en forma natural del níspero, extraño fruto que abunda en plena sequía del verano serrano, por esta peculiaridad se ha ganado el título de “Villa de los Nísperos”, y por su actividad agropecuaria es la “Capital Lechera y Ganadera del Valle del Mantaro”.
En tiempos prehispánicos Matahuasi se desarrolló en una parte alta, en el cerro de Huamanhuaca, a tres kilómetros del río Achamayo, donde los españoles fundaron el Matahuasi actual con el nombre de La Asunción de Matahuasi. La configuración de las viviendas de piedra y barro de forma circular, unidas o pegadas unas de otras, que se observan en los restos arqueológicos existentes habrían dado origen al nombre de Matahuasi. Las ruinas situadas en el cerro de Huamanhuaca, a una altura de cero a 250 metros sobre el nivel de las líneas del ferrocarril central, ocupan un área aproximada de un Km. de largo por 150 metros en promedio de ancho.
   
Etimología:
El nombre de Matahuasi deriva del quechua, MATA, que significa unido, junto, pegado; y HUASI, casa. Lo que viene a ser en castellano Casas Unidas, Pegadas o Juntas, características que se encuentran en Huamanhuaca, el lugar que ocupó el Matahuasi prehispánico.

Descripción de los templos religiosos prehispánicos de Matahuasi:
Los cronistas y extirpadores de idolatrías mencionan a Matahuasi como un centro religioso importante en el área de Lurinhuanca. Esta es la parcialidad central entre las tres en que dividieron los Incas al valle del Huancamayo (hoy Mantaro), al norte quedaba la parcialidad de Hatunxauxa y al sur, Hananhuanca. En el templo más importante que nosotros creemos que fue Huamanhuaca, es decir, el pueblo de Matahuasi prehispánico, existía un adoratorio a la divinidad Huanca que era el dios Huallallo Carhuancho.
Además, existían santuarios menores dedicados a otras divinidades de la región; estos santuarios habrían sido Markawillka y Huánchar. El extirpador de idolatrías Santiago de Albornoz, que recorrió toda esta zona, ubicó las principales Huacas de los Xauxa-Huancas, entre ellas la Huaca Zuni que se encuentra en un cerro muy grande, que podría haberse referido a  Huamanhuaca, en donde existía un templo principal dedicado a Huallallo Carhuancho, como se ha dicho.
Muy cerca, en el área de Matahuasi, se hallaba Markawillka, el Tambo más importante de la zona, que también lo mencionan los cronistas, Cieza escribe Maricabilca y Garcilaso, Marcauilca.

Huamanhuaca .
Se trata de un sitio arqueológico de aproximadamente un kilómetro de largo de Este a Oeste por 150 metros en promedio de ancho, ubicado en la cima del cerro del mismo nombre, cuya altitud no pasa de 250 metros sobre el nivel de las líneas del ferrocarril central. En el Mapa del Reino Huanca de Waldemar Espinoza (“Los Huancas, Aliados de la Conquista”, en ANALES CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DEL CENTRO DEL PERÚ, p. 42) se observa claramente que Matahuasi está señalado como centro poblado en el cerro Huamanhuaca, más al norte está Apata, hacia el sureste Huánchar y hacia el suroeste Markawillka, y en el lugar que actualmente ocupa Matahuasi está vacío, lo que confirma que el pueblo prehispánico de Matahuasi se desarrolló en el cerro de Huamanhuaca, el significado del término Matahuasi sintoniza con su configuración urbanística que aún están visibles en las pircas de piedra unidas con barro de las viviendas de forma circular pegadas o unidas unas de otras, hay entre los muros unas columnas especie de torreones y espacios pequeños y medianos, que habrían tenido sus respectivas funciones, tal configuración dio origen al nombre de Matahuasi. 
HUAMAN significa halcón o águila y HUACA, sagrado, lo que viene a ser “el altar o templo de los halcones”. Los españoles fundaron el pueblo actual de Matahuasi en la parte plana, a orillas del río Achamayo, distante a tres kilómetros hacia el sur, y le pusieron el nombre de La Asunción de Matahuasi.






Markawillka o Maravilca
Situado a dos kilómetros al suroeste de Huamanhuaca, MARKA, quiere decir lugar o pueblo; WILLKA, sagrado, sinónimo de Waca, o sea Lugar Sagrado, otro templo religioso prehispánico. Ya hemos dicho que cuando los Incas sometieron a los Huancas, dividieron la región del Huancamayu (río de los huancas), Jatunmayu (río grande) o Angoyacu (río Bravo), hoy llamado Valle del Mantaro, en tres parcialidades: al norte Hatunxauxa, al centro Lurinhuanca y al sur Hananhuanca. El área de Matahuasi quedaba al centro, en la saya de Lurinhuanca, cuyo centro principal, según los cronistas mencionados, era Markawillka, donde había un adoratorio. Aquí construyeron los Incas un Tambo, el Tambo de Markawillka, y por allí hicieron pasar el Qhapaqñán, la Red Vial de los Incas, Camino principal que corría por la sierra desde el Cusco hasta Quito, por esta zona paralelamente al río Huancamayu. Aquí, precisamente en este Tambo, en una ocasión, el curaca Apo Manco Guacrapaucar demostró sabiamente ante los ojos del cronista Pedro Cieza de León, con el uso del quipu, la relación completa de guerreros, productos y demás bienes dados a Francisco Pizarro desde 1532, apoyo con el cual  lograron la caída del Tawantinsuyo. Waldemar Espinoza cita la narración que este cronista hace del siguiente modo: “Yo estaba incrédulo de esta cuenta, y aunque lo oía afirmar y tratar, tenía lo más dello por fábula; y estando en la provincia de Xauxa, en lo que llaman Marcavillca, rogué al señor Guacarapora (sic) que me hiciese entender la cuenta dicha de tal manera que yo me satisficiese a mi mismo, para estar cierto que era fiel y verdadera. Y luego mandó a sus criados que fuesen por los quipos, y como este señor sea de buen entendimiento y razón para ser indio, con mucho reposo satisfizo a mi demanda. Y me dijo, que para que mejor lo entendiese, que notase que todo lo que por su parte había dado a los españoles desde que entró el gobernador don Francisco Pizarro en el valle, estaba allí sin faltar nada. Y así vi la cuenta del oro, plata, ropa que habían dado, con todo el maíz, ganado y otras cosas, que en verdad yo quedé espantado dello.” (Ob. Cit., p 32). Los españoles pronunciaron Maravilca y así se quedó hasta ahora. 




Huánchar
Huánchar es el tercer santuario religioso prehispánico de esta zona, ubicado a sólo dos y medio kilómetros al Este del actual Matahuasi, hizo noticia hace algunos años cuando “Una comisión del Instituto Nacional de Cultura, filial de Junín, dirigida por el arqueólogo David Motta Pérez, anunció el descubrimiento de una ciudadela en el anexo de Huánchar”, según dio cuenta el diario “El Comercio” de Lima, del 20 de abril de 1992. “Se trata de una ciudadela prehispánica de un kilómetro de largo por 400 metros de ancho, con un centenar de construcciones de corte circular y cuadrangular, correspondientes al máximo apogeo de los wankas”.
“Según declaró el arqueólogo David Motta Pérez, el patrón urbanístico de la ciudadela se ubica en un lecho morrénico (montón de piedras) al este de la población de Huánchar. Las construcciones son cuadrangulares y circulares y el patrón arquitectónico es el mismo que tuvieron los huancas, entre 1100 y 1400 de nuestra era, denominado “máximo apogeo”, época en que se sistematizó la sociedad de los wankas en la hoya hidrográfica del río Mantaro, lo más admirable, dice David Motta, es la dimensión de una estructura de planta circular, cuyo diámetro mide ocho metros, que debió tener funciones de defensa y control”.
El nombre de Huánchar proviene del vocablo WANCHASH, que en el idioma huanca significa “variedad de batracio”. Probablemente por entonces abundaba en esta zona el batracio sapo.

Lope Yupanqui disertando su tema.
 



Desayunando en el hotel Garu: el Dr. Simeón Orellana, al centro, el Dr. Teófilo Altamirano, a la derecha, y el CPP. Lope Yupanqui.
 

Vinculación de los templos religiosos prehispánicos de Matahuasi con la danza de los Auquines:
Como en toda ceremonia religiosa en el período prehispánico, como también sucede ahora, existían danzas y bailes sagrados. Nosotros planteamos que la danza de los Auquines o al Auquín, que era un ser sagrado, estaba vinculada a las ceremonias sagradas que se realizaban en los templos prehispánicos mencionados.
Estamos investigando en el Archivo Arzobispal de Lima la documentación sobre parroquias y doctrinas de indios y la vida eclesiástica del Perú colonial para encontrar más luces sobre el asunto.

Breve descripción de la danza de los Auquines
Esta danza tiene un origen milenario, probablemente apareció junto con las ceremonias religiosas prehispánicas, representando el modus vivendi de aquellas poblaciones primitivas y nómades que vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos, y como una forma de expresar su alegría después de una buena jornada de caza o, quizás, luego del éxito frente a un eventual enemigo, que podría ser una tribu vecina. Por entonces, la convivencia de los hombres era endogámica, es decir, las relaciones sexuales se practicaban entre miembros de la misma tribu o étnia y se imponía el matriarcado. Después vendría el intercambio entre vecinos mediante el trueque y la exogamia, condiciones necesarias para el desarrollo.
El nombre de Auquines deriva del quechua AUKI, que significa Infante, título que se daba a los príncipes de la casa real durante su juventud. También se daba este título a los cerros o nevados de menor importancia, después de los Apus. Los danzantes eran, por lo tanto, jóvenes escogidos por su juventud y aptitud para la guerra, la caza y toda acción que requiriese habilidades especiales. Después de los ritos religiosos estos jóvenes estaban preparados para afrontar toda clase de peligros, incluso para la guerra entre tribus vecinas, por eso se la considera danza guerrera y de caza, y en sus horas de descanso expresaban su alegría danzando al compás del pito y la tinya.  
Hasta ahora se sabe que esta danza se baila sólo en el pueblo de Matahuasi y sus anexos de Yanamuclo y Maravilca, ubicados a orillas del río Grande o Wankamayu, hoy Mantaro. Yanamuclo es actualmente un centro poblado y Maravilca es el nombre de Markawillka simplificado por los españoles.
Por esos lejanos años las tribus de la región Huanca vivían en medio de continuas guerras; en Matahuasi, entonces, los Auquines para ir a la guerra y defender a su etnia se vestían de viejos para aparentar y así engañar a sus rivales, vestirse de awquish o auquines y de chakuarsh o chacuanas era un ardid, porque todos eran jóvenes varones.

La vestimenta:
Los Auquines llevan en la cabeza un virrete y un objeto de paja en forma cónica que termina en un mechón, útil para la caza en lagunas y matorrales.
Una máscara de piel de llama o carnero con lana y narices largas dando la apariencia de viejos, para engañar, porque lo de viejo es un ardid..
En la espalda llevan unos pellejos que les cuelgan hasta las rodillas, para dar la impresión de ser temibles carnívoros, pero también les servían para dormir.
Usan camisas de lana blanca con mangas tejidas de lana multicolores.
Pantalones cortos o watrilas de bayeta de color negro, con medias de lana de color blanco y llanquis con abundante lana.
En las manos llevan el liwi y el contorneado palo, lloque o rejón, armas de ataque y defensa de nuestros antepasados.
Por último, cada auquín es un museo andante, porque cargan aves y animales disecados, simulando llevar el producto de la caza.

Las Chacuanas usan en la cabeza sombrero o chuco de lana de color oscuro adornado con hierbas y flores.
Máscaras de cuero también con narices largas deformando la cara.
El cuerpo cubierto por un cotón de bayeta negra con faja y mangas tejidas de lana multicolores.
En la espalda llevan una manta pullucata y en los pies ojotas o llanquis.
Y en las manos llevan la puchca, simbolizando la tarea femenina del hilado.
Una de las chacuanas carga un kipe con el fiambre o shacteo.
Todos los ejecutantes, auquines y chacuanas, son varones jóvenes, porque la danza por ser belicosa requiere de mucha agilidad y destrezas.




La coreografía
Antiguamente la representación era con una sola chacuana y varios auquines, en la actualidad la danza se ejecuta formando varias parejas, al compás del pito y la tinya, instrumentos nativos. Los principales pasos son los siguientes:
  1. La entrada, es el paso que emplean para trasladarse de un lugar a otro y al inicio de la coreografía, con movimientos rítmicos dando saltos y cabriolas, haciendo una serie de escaramuzas.
  2. La pasada de manos, las parejas frente a frente giran en trono a ellas cogiéndose las manos. Simboliza el momento en que se encuentran y se saludan.
  3. La peinada, las parejas formando columnas, al mismo tiempo se cambian de lugar colocándose frente a frente. Simboliza el momento en que se avisan de lo que sucede en su alrededor, por la presencia del enemigo o la presa de caza.
  4. La estrella o cruzada, los danzantes de los extremos, es decir el primer auquín con la última chacuana y así sucesivamente, saltando rítmicamente se cruzan y se juntan al centro del grupo y demuestran sus destrezas. Significa el momento en que se comunican mediante señas sobre el objetivo que persiguen.
  5. La culebra, la columna de auquines en zigzag va bordeando una por una a las chacuanas. Es el momento en que se preparan para decidir lo que van hacer en el siguiente paso.
  6. La montonada, en este paso cambia el ritmo de la música, es talvez la escena más importante de la coreografía, en la cual se juntan los danzantes formando un círculo para tomar las decisiones que convengan al interés común, aquí se produce una especie de diálogo, cuando una chacuana, personaje que comanda el grupo, da las órdenes cantando en quechua, y un auquín contesta de igual manera, aceptando cumplir con la orden. Esta escena parece evocar aquellas asambleas populares de nuestros antepasados, que todavía se conserva en las comunidades andinas, en las que practicando la democracia directa y entre cánticos y bailes acordaban lo que debían hacer por interés y beneficio comunes. 
  7. La fuga o remate, en este momento cambia el ritmo musical más ágil y movido, es cuando el grupo de danzantes se desborda en alegría y cada uno salta y brinca demostrando al máximo sus destrezas, incluso alternan situaciones de júbilo con el público. Las chacuanas son los personajes más pícaros, quienes al frente de su pareja hacen quites y piruetas y distintas pruebas de agilidad que los auquines tienen que imitar, produciendo la admiración y jocosidad del espectador. Simboliza la manifestación de alegría por el éxito en el cumplimiento de la orden dada en el paso anterior. La danza por tener carácter belicoso, imita ciertas actitudes de mofa, contrapunteo y simulacros de caza o combate pero, sobre todo, es una demostración de agilidad y destrezas.
  8. El saludo, es la manifestación de respeto entre ellos y con el público. El saludo se hace al ingresar y al final como despedida.
  9. El shacteo, es el momento del convite, los danzantes invitan la comida y las bebidas del kipe que carga una chacuana, haciendo participar de la alegría a todo el pueblo.   

La música:
La música de la danza de los Auquines es la melodía del pito y la tinya, ambos instrumentos nativos. El pito o pincullo es un instrumento de viento en forma de tubo con agujeros, especie de flauta hecha de caña.
La tinya es un instrumento de percusión como un tambor pequeño o tamboril.
La música que invita a bailar dando saltos, tiene tres tonadas diferentes o tres cambios de ritmo bien marcados:
1) Durante la entrada hasta el paso de la culebra.
2) Otro ritmo durante la montonada.
3) Un ritmo más ágil y movido para la fuga o remate.
Es importante anotar la singularidad de los Auquines, que desde épocas tribales bailan al compás del pito y la tinya, y actualmente siguen danzando con el pito y la tinya, no se ha adulterado, felizmente.
Explicar esta peculiaridad corresponde a los especialistas.

Conclusiones:
1.- La danza de los Auquines como danza ceremonial del santuario religioso prehispánico de Matahuasi nos induce a pensar que se trataría de la primera expresión coreográfica del hombre andino y que su representación nos daría a entender la forma en que vivieron los primeros pobladores de la región de los Wancas y Xauxas.
2.- La energía de los pasos en la ejecución de la danza demostraría el dominio del hombre sobre la naturaleza y el triunfo en la guerra.
3.- El uso de la vestimenta como ardid para aparentar ser viejos explicaría la astucia y sabiduría que encierra la experiencia de los mayores.
4.- La danza de los Auquines evocaría también el trabajo comunitario, de cooperación y solidaridad, base del espíritu colectivista de nuestros antepasados.

Huánuco, 21 de junio del 2012.                           CPP. Lope Yupanqui Callegari

El Tambo de Marcavilca

Por las Rutas del Qhapaq Ñan en el
Tambo de Markawillka

Expuesto en el Primer Festival de Poesía “CAMINANDO POR EL QHAPAQ ÑÁN EN EL TAMBO DE MARKAWILLKA, organizado por el Conglomerado Cultural de Lambayeque

Para tratar el tema, vamos a situarnos en el tiempo. Vamos a retroceder a la época preincaica. ¿Qué era Maravilca antes de que llegaran los Incas a esta región? Markawillka era una de las tantas tribus que formaban, según Waldemar Espinoza, el “reino Wanka”, es decir la región de los Wankas, cuyo centro más importante era Tunanmarca, muy cerca de Jauja. El cronista Pedro Cieza de León dice que “los huancas antiguamente fueron behetrías, y se daban guerra unas a otras”, o sea que ninguna saya era dependiente de otra. Aquilino Castro, según estudio reciente, sostiene que antes de la llegada de los Incas en la región de los Huancas se habían consolidado por lo menos cinco parcialidades independientes y autónomas con sus respectivos sinchis o jefes. Esas cinco sayas o ayllus eran: 1) Tunanmarca, su sinchi Siciquilla Pucara; 2) Xauxa, sinchi Auqui Zapari y Yaloparin; 3) Marcavilca, sinchi Canchac Uyca y Tacuri; 4) Llacsapallanga, sinchi Canga Alaya; y, 5) Chongos o Piviriapuco, sinchi Patán Cochachi, Patán Llocllachin y Chavin.

El nombre original de Maravilca es Markawillka o Marcavilca: Marka, quiere decir pueblo o lugar; y Willka, sagrado; Marcavilca tenía, entonces, el privilegio de estar en un lugar sagrado, donde había un adoratorio que servía para hacer ceremonias religiosas y rendir culto a sus dioses, un santuario preinca ubicado en un lugar sagrado. Pierre Duviols nos alcanza “La instrucción para descubrir todas las guacas del Pirú y sus camayos y haciendas” del extirpador de idolatrías Cristóbal de Albornoz, que recorrió toda esta zona, Albornoz menciona a Markawillka del siguiente modo: “Zunis, es una guaca de los indios huringuancas; es una piedra questá en un cerrillo, cerca de Amarayvilca.” El único cerro cerca de Maravilca es el cerro de Huamanhuaca, donde se desarrolló el Matahuasi preinca y prehispánico, que en esos tiempos se ubicaba en una parte alta, en la cima del cerro de Huamanhuaca. Matahuasi era también un santuario religioso, donde había un adoratorio dedicado a la divinidad huanca, el dios Huallallo Carhuancho, y como todo rito religioso está ligado a las danzas y canciones, la danza de los Auquines fue, probablemente, la danza asociada a la manifestación religiosa de la época, cuyo mensaje se trasmite a través de su vestimenta, su música y coreografía. Cerca de Marcavilca y Matahuas estaban los asentamientos humanos prehispánicos de Huánchar, Potas, Chimpamarca, Yanamuclo y un poco más lejos estaban Ocopa, Apata, Paucar, Pucucho, Achí, Ulún. Los habitantes de esta zona, superada su condición de cazadores y recolectores, vivían de la agricultura incipiente y el aprovechamiento de algunos animales que habían logrado domesticar, como la llama y demás auquénidos.
Época Incaica
Cuando Cápac Yupanqui y Túpac Inca Yupanqui, hermano e hijo, respectivamente, de Pachacútec, al mando del ejército imperial, conquistaron la región de los Wankas, lo primero que hicieron fue integrarla como Huamaní, es decir como una nueva provincia del Imperio de los Incas. Los cusqueños vieron que Marcavilca era un lugar apropiado para ser un centro de descanso y aprovisionamiento del ejército imperial, por lo que utilizando sus aposentos construyeron el Tambo de Marcavilca y por allí hicieron pasar, sobre los caminos existentes, el Qhapaq Ñan Inca, es decir la Red Vial Inca, Ñan, es camino y Qhapaq, principal, a medida que iban ampliando su territorio, de acuerdo a una política de integración, crecimiento armónico y descentralizado, iban uniendo los pueblos conquistados por una gran red de caminos.  

Diversas personalidades han expresado su admiración por al Qhapaq Ñan Inca, por ejemplo, según el historiador Juan José Vega, el Imperio Incaico trazó la red más amplia de caminos que registra la historia. “Los caminos de ese Imperio fueron mejores que los de la Europa de su tiempo.” Para el francés Michel de Montagne, fueron superiores a todas las obras emprendidas “por Grecia, Roma y Egipto”. Alejandro von Humboldt califica a los caminos incaicos “como la mayor de la humanidad”. Y, Pedro Cieza de León dice que “el camino de los Ingas, tan famoso en estas partes como el que Aníbal hizo por los Alpes, cuando baxó a la Italia, y puede ser tenido éste en más estimación, assi por los grandes aposentos y depósitos que havían en todo él”. 


La red vial Inca o Qhapaq Ñan tenía dos rutas principales: una que corría a lo largo de la Costa y la otra por la Sierra, de las cuales se desprendían una serie de caminos menores que comunicaban a todos los pueblos del Tawantinsuyu y los tenían conservados en muy buen estado. El camino de la Sierra llegaba hasta alturas cercanas a los cinco mil m.s.n.m. y se extendía trepando cerros y bordes de precipicios. En las cuestas empinadas el camino seguía por escalinatas preparadas en las rocas, como el trecho de Jauja a Pachacámac, pasando por el adoratorio de Pariacaca, donde se puede contar hasta mil ochocientos escalones seguidos, a su paso por Cuchimachay, Pirca Pirca, Tambo Real, Nieve Nieve, Huaycán y Pachacámac. Para cruzar los ríos construyeron puentes: unos eran colgantes, amarrados con resistentes fibras de maguey, juncos y bejucos; otros estaban hechos de balsas atadas con sogas; grandes piedras lajas, troncos y pedrones eran utilizados también para cruzar a saltos.
Maravilca, Matahuasi y Yanamuclo tuvieron y tienen el privilegio de que por su suelo pasaba y pasa el Qhapaq Ñan o Camino Principal de los Incas. Ingresando de sur a norte por la parte baja de Paccha sigue, en forma paralela al Huancamayu o río de los Wankas, por el oeste de Chimpamarca, cruza el río Achamayo y sigue por el lado occidental del cementerio del actual Matahuasi, de aquí más o menos a 200 metros hace una curva en dirección del hoy río Mantaro para continuar hacia el norte, allí en plena curva los Incas instalaron un chasquihuasi, continuando el camino cruza la actual calle Amazonas, a una cuadra de las líneas del ferrocarril, de aquí sigue su recorrido hasta cruzar la Lloclla, la estación del Ferrocarril Central, el Huampón y por todo el Sacamochón llegar al Tambo de Marcavilca, de aquí, siempre por el lado oriental del hoy río Mantaro, llegar a Yanamuclo y salir por Casacancha, para continuar y llegar, finalmente, a Xauxa, Cajamarca y Quito.


Los Incas encararon el problema de la comunicación y la transmisión de órdenes y disposiciones a lo largo y ancho del Tawantinsuyu, mediante el Sistema de Chasquis, este mecanismo necesitaba de unas instalaciones llamadas Chasquihuasi, ubicadas en determinados trechos del Qhapaq Ñan, eran unos lugares de encuentro, descanso e intercambio de mensajes que los chasquis llevaban como miembros del Correo Inca. Uno de esos establecimientos estuvo más o menos a dos Km. al sur del Tambo de Marcavilca, en un punto de donde se divisa todo el valle, consistía en una rústica casita con dos cuartitos gemelos, en uno se guarecían y esperaban los chasquis que iban de sur a norte y el otro era para los chasquis que iban en sentido contrario, y al encontrarse intercambiaban los mensajes de los cuales eran portadores, una especie de relevo de postas. Garcilaso de la Vega dice, al respecto: Chasqui llamaban a los correos que habían por los caminos, para llevar con brevedad los mandatos del Rey y traer las nuevas y avisos que por sus reinos y provincias hubiese de importancia. Para lo cual tenían en cada cuarto de legua cuatro o seis indios mozos y ligeros, los cuales estaban en dos chozas (Chasquihuasi), para repararse de las inclemencias del cielo. Llevaban los recaudos, ya los de una choza, ya los de la otra, para descubrir los mensajes y apercibirse del recaudo, porque no se perdiese tiempo alguno. Y para esto ponían siempre las chozas en alto, de manera que se viesen las unas de las otras.

Con todos estos atributos el Tambo de Marcavilca, durante el Incario, tuvo gran importancia. Los Incas organizaron los ayllus, mejoraron y perfeccionaron las actividades agrícolas, ganaderas, textiles y alfareras, construyeron los Tambos, el Qhapaq Ñan o Red Vial Inca, a base de puentes y caminos para que el crecimiento fuera armónico y descentralizado, sin que faltase nada,   establecieron el Correo Inca mediante el sistema de Chasquis. He ahí, la importancia del Qhapaq Ñan. De otro lado, en varias ocasiones fue sede del ejército incaico donde, sin duda, tomaron acuerdos y decisiones durante el proceso de conquista de la región, porque Huayna Cápac “Mozo Poderoso” con su ejército estuvo en seis ocasiones en territorio Huanca Xauxa.

Conquista y Virreynato                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          
Según Garcilaso de la Vega, Después de sosegados los Huancas (el Inca) mandó dividir el territorio Huanca en tres parcialidades… La una parte llamaron Sausa y la otra Marcauillca y la tercera Llacsapallanca… luego ordenó que en cada uno de estos pueblos se levantasen Tambos, como cabecera de poblados y lugares de aprovisionamiento y descanso. Lo que se hizo y hasta ahora existen el Tambo de Huancayo, el Tambo de Marcavilca y Xauxa Tambo.

Por su parte, Pedro Cieza de León, dice: El valle estaba dividido en tres parcialidades: al norte, la saya de Hatunxauxa con su cabecera o poblado más importante en Xauxa, la nueva capital, y curaca el señor de Cusixaca; al centro,  la parcialidad de Lurinhuanca con su cabecera o poblado más visible en Maricabilca, y curaca el señor Guacarapora (Guacrapaucar); y al sur Hananhuanca con su capital en Saxapalanga, curaca el señor Alaya.
Así encontraron los españoles el valle de los Huancas y Xauxas. El gran  curaca de la parcialidad de Lurinhuanca, el Apo Manco Guacrapaucar, bautizado con el nombre de Jerónimo, “fue jefe guerrero y administrativo de Lurinhuanca, desde antes de la llegada de los españoles al valle de Jauja y les demostró ser hombre de gran personalidad, bastante conocimiento, prudente, sabio y caritativo”. Guacrapaucar, “Como creyó que los españoles habían llegado para liberarlos del yugo Inca, se convirtió en gran amigo de ellos. Mantuvo a Francisco Pizarro y sus soldados, brindándoles desinteresadamente vitualla abundante, dándoles hombres de carga, de guerra y mujeres escogidas”. Esta “alianza” con los españoles, como llama Waldemar Espinoza, permitió la caída del Tawantinsuyu.

Aquí, precisamente, en el Tambo de Maravilca, el Apo Manco Guacrapaucar, demostró sabiamente en una ocasión, ante la presencia del cronista Pedro Cieza de León, la relación completa de guerreros, productos y demás bienes dados a Francisco Pizarro desde 1532. Cieza de León narra así: “Yo estaba incrédulo de esta cuenta, y aunque lo oía afirmar y tratar, tenía lo más dello por fábula; y estando en la provincia de Xauxa, en lo que llaman Marcavillca, rogué al señor Guacarapora que me hiciese entender la cuenta dicha de tal manera que yo me satisficiese a mi mismo, para estar cierto que era fiel y verdadera. Y luego mandó a sus criados que fuesen por los quipos, y como este señor sea de buen entendimiento y razón para ser indio, con mucho reposo satisfizo a mi demanda. Y me dijo, que para que mejor lo entendiese, que notase que todo lo que por su parte había dado a los españoles desde que entró el gobernador don Francisco Pizarro en el valle, estaba allí sin faltar nada. Y así vi la cuenta del oro, plata, ropa que habían dado, con todo el maíz, ganado y otras cosas, que en verdad yo quedé espantado dello.”

En resumen, el apogeo del Tambo de Maravilca ha sido, pues, durante la  época incaica y durante los primeros años de la conquista. En el Incario por la organización de los ayllus, el perfeccionamiento de las formas de trabajo y aprovechamiento de los recursos, por el establecimiento del Tambo y por la construcción del Qhapaq Ñan o red vial de los Incas; y durante la conquista, cuando se desata la guerra entre hermanos, indios contra indios, es decir los Huancas y Xauxas contra los cusqueños. Los primeros defendiendo a los españoles y los Incas en defensa del Tahuantinsuyo.

En la República
En la actualidad, las plazas principales tanto de Maravilca como de Yanamuclo ya no están a la vera del Qhapaq Ñan, porque la población, en ambos casos, ha crecido hacia el ferrocarril y la carretera central, y esto surge ya entrada la época republicana. Hay un dato importante al respecto, Haciendo reparaciones en la iglesia de Yanamuclo, se ha encontrado un monolito con la siguiente inscripción: “El pueblo de Yanam Uclo Año 1911”. Este año debe aludir a la fecha en que se terminó de construir la iglesia y el establecimiento de la actual plaza. La piedra muy bien conservada se encuentra en la residencia “Gregoria” de propiedad del Prof. Basilio Torres Durán.  


Por último. ¿Cuándo deja de llamarse Tambo de Maravilca? Según el Prof. Desiderio Quispe, en 1940, cuando se realiza el censo nacional de ese año, en la clasificación de los centros poblados de Matahuasi se le asigna sólo el  nombre de Maravilca. Ese mismo año se crea la escuela Nº 5095, en cuya Resolución se dice solamente Maravilca. Desde entonces se dejó de pronunciar el histórico nombre de EL TAMBO DE MARAVILCA.

¿Qué hacer ahora? La importancia de estos restos arqueológicos nos impele a plantear su restauración. Es necesario que la población entienda y haga conciencia de la joya que tiene escondida en el Tambo de Marcavilca y el Qhapaq Ñan que por él pasa. Si esto se pone en valor podría ser un recurso de atracción turística de primer orden, que serviría incuestionablemente para el progreso y desarrollo del Centro Poblado de Maravilca. Aquí tiene que intervenir el ministerio de Cultura, porque es necesario excavar para encontrar los cimientos del sitio ceremonial, de los aposentos y demás compartimientos de que constaba y declarar de necesidad pública su restauración, entonces podrá ser un gran centro de atracción que se sumará a los demás atractivos turísticos del Valle del Mantaro.

El Tambo de Maravilca, 27 de enero del 2014.

CPP. Lope Yupanqui Callegari

NOTA: El Centro Poblado de Maravilca pertenece al distrito de Matahuasi, Provincia de Concepción, Departamento de Junín, ubicado en el corazón del Valle del Mantaro.


NOTA APARTE.- Según Luis Cáceres Núñez, en 1968, por gestión de los  señores Andrés Antezana Sánchez y Herminio Chuquillanqui se consiguió para Maravilca un lote de libros, máquinas de escribir, equipos de sonido y un proyector de películas. Andrés Antezana, natural de Maravilca, fue el primer alcalde del distrito limeño de Villa María del Triunfo.

lunes, 23 de junio de 2014

Día del Campesino

“El patrón no comerá más de tu pobreza”

El General Juan Velasco Alvarado, Presidente del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, en junio de 1969, al promulgar la Ley de la Reforma Agraria pronunció la frase: “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza”. El historiador Juan José Vega, en un artículo publicado en el diario “La República” del 9-11-97, ilustra el origen de esta frase, “Nos ha empujado a suscribirse estas líneas –dice J. J. Vega- el hecho de que un personaje de la talla de Mario Vargas Llosa, el peruano vivo más famoso en el mundo, recoja uno de aquellos errores en su reciente libro “La utopía Arcaica”, obra que hemos leído con interés. Nos referimos a los comentarios que realiza en torno al proceso de cambios iniciado por el general Velasco. Luego de sostener, enfáticamente, que la Reforma Agraria de 1969 materializó un anhelo largamente reclamado por todos los sectores no retrógrados del país, apunta que se estableció ese mismo año una frase-emblema “atribuida falsamente a Túpac Amaru II por la propaganda oficialista”.

Pero el historiador aclara que “la culpa no es de Vargas Llosa… La falla viene de quienes han sostenido que la famosa frase constituye una patraña. El último caso es el de un conocido historiador en el Documento de Trabajo número 70 del Instituto de Estudios Peruanos. Allí otra vez se sostiene, sin reparos, que es “una invención de los funcionarios del régimen” (velasquista).”

Lo cierto es que cuando los asesores del General Velasco pensaron en la necesidad de que el Presidente debía exclamar una frase de impacto en el momento de la promulgación de la ley de Reforma Agraria, en junio de 1969,  encontraron y tomaron este pensamiento de Diego Cristóbal Túpac Amaru: “El  patrón no comerá más de tu pobreza”, inexistente, claro está, para los que no han leído la abultada documentación tupacamarista.

Diego Cristóbal, primo hermano del ya ejecutado José Gabriel, a los 28 años de edad fue por espacio de casi un año el nuevo caudillo del alzamiento. “La frase tantas veces negada (negada a veces con rabia, en su totalidad, sin debate) posee sin embargo una base documental incontrastable. Forma parte del Bando de Azángaro, una resonante proclama lanzada por Diego Cristóbal Túpac Amaru en ese lugar el 9 de agosto de 1781. Azángaro, no lo olvidemos, era –lo fue por meses- la capital de la revolución en la época de las mayores victorias rebeldes. Es un documento radical dado a conocer por el notable historiador argentino Beleslao Lewin en su obra “La rebelión de Túpac Amaru”… Allí se lee cómo el nuevo líder andino denunció que en el agro primaban las sobretareas, el robo del trabajo y el engaño y que de tal modo actuaban los hacendados contra los indios “sólo por comerle sus pobrezas” (pags. 780 y siguientes).”  

Útil será recordarlo hoy (24-6-2014) que celebramos el “Día del Campesino”.


CCP. Lope Yupanqui Callegari

martes, 3 de junio de 2014

Recordando a Rafael Samaniego

Recordando a Rafael Samaniego

5º Aniversario del Forum:
Estrategias para el Desarrollo de la Macro Región 
Huancavelica-Junín-Pasco,

Impulsado por el Dr. Rafael Samaniego Arauco, el 4 de junio del 2009, se realizó el citado Forum, en el auditorium “José Faustino Sánchez Carrión” del Congreso de la República. Por entonces, Rafael era el vicepresidente del Club Departamental Junín y presidente de la Comisión Promotora de la Macro Región Huancavelica-Junín-Pasco, nacida en una reunión de dirigentes de los tres clubes departamentales, llevada a cabo en el local del Club Departamental Huancavelica. La concreción de este importante paso político era su sueño, porque estaba convencido, como lo estamos nosotros, de que sin la unión de esos tres departamentos: Huancavelica, Junín y Pasco, no será posible su desarrollo y el bienestar de sus habitantes.
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La propuesta, en efecto, constituye un plan modelo de descentralización para el desarrollo de estas regiones que acusan un alto porcentaje de pobreza y pobreza extrema, no obstante de poseer ingente cantidad de riqueza minera, hídrica, energética, agro-ganadera, bosques, etc. (a pesar de que en estos tres departamentos hay actividad minera desde comienzos del siglo XX y son los más pobres del país). Para lograr este propósito es necesario desarrollar una estrategia o cumplir ciertos requisitos básicos:

- El primer requisito es la integración de los tres departamentos en una sola región;
- El segundo, es la reivindicación de la gestión de los recursos naturales, como el agua, los bosques, los minerales, la energía eléctrica, lo que implica el derecho al uso y administración autónoma de sus riquezas para su propio desarrollo;
- El tercero, es la industrialización de los productos que actualmente se explotan sólo mediante la actividad extractiva, esto no puede continuar porque la industrialización es el único camino que conduce al desarrollo, para lo cual es necesario crear las “ventajas comparativas” que hagan atractivas la inversión de capitales que pueden ser públicas, privadas o asociadas, ¿cómo hacerlo?, se propone, entre otras, el uso de la energía eléctrica a un precio o valor ventajoso por provenir del mismo lugar;
- El cuarto, consiste en la optimización de los proyectos sectoriales, esto es la mejora sustantiva de los servicios públicos: educación, salud, nutrición, transporte, turismo, comercio y otros; y,
En el quinto eje de desarrollo se llega a la realización de los mega proyectos, como el túnel trasandino, la modernización del ferrocarril central, la descontaminación del río Mantaro que riega a los tres departamentos, la reforestación de la selva central y las riberas del río Mantaro, la implementación del frigorífico regional y satélites, entre otros (*).

Este legado de nuestro recordado Rafael, expuesto magistralmente por él en el mencionado Forum, viene a ser un mandato para los presidentes regionales y legisladores, particularmente de los representantes de estos tres departamentos para que, acogiendo esta iniciativa, formulen los proyectos respectivos, de acuerdo a la Ley de Bases de la Descentralización, a fin de que se realicen los trámites legales pertinentes y se dé la ley que sancione la creación de la nueva región integrada por estas tres jurisdicciones andinas.

(*).“Junín” Nº 2, Lima, enero 2010.

Lima, 3 de junio del 2014.


CPP. Lope Yupanqui Callegari