LUCIANO PRIVAT GONZALES
Pionero en la técnica
de separación de colores,
construyó una máquina de imprimir y escribió un libro
Pareciera
que, con los adelantos de la época, los humanos estaríamos perdiendo los buenos
sentimientos, es decir nos estaríamos volviendo insensibles al dolor, a la
ternura, a la solidaridad, a la gratitud por la amistad o por las obras realizadas
por alguien cercano a nosotros, y decimos “pareciera”, porque no creemos
todavía en que se haya perdido el sentido de lo humano. Lo que queremos es
llamar la atención acerca de un hecho insólito, cubierto de la mayor frialdad, durante
las exequias de don Luciano Privat Gonzales. La manera correcta de despedir a
un ser querido es brindándole un homenaje, oportunidad que sirve para agradecer
y reconocer las bondades y merecimientos por todo lo que hizo en favor de los
demás; en el caso que nos ocupa, pensamos que debió ser la comunidad
concepcionina residente en Lima la llamada a no dejar en el olvido la
trayectoria de un ciudadano tan conocido.
La vida de don Luciano Privat tiene
interesantes facetas, dignas de recordarse. El Club Provincial Concepción, con
sede en Lima, no podrá negar que don Luciano fue uno de los puntales en la
adquisición de la Casa Concepcionina ,
porque él fue el director de debates de aquella sesión del 15 de marzo de 1992,
que dio nacimiento al Comité pro compra del local. Días después fue él quien
encontró el bien que luego se compró la primera parte con el producto de la
venta de los óbolos valorizados en quince dólares cada uno, cuyos talonarios él,
por propia iniciativa, mandó imprimir y entregó al comité para su distribución.
Don Luciano Privat nació en Concepción.
Estudió la primaria en la
Escuela 505, luego viajó a Lima y en el Politécnico Salesianos
aprendió las técnicas de la imprenta, al mismo tiempo estudió periodismo en la Escuela Latinoamericana
de Argentina y electrónica en la National
School de California, EE.UU. Estudió en la Escuela de Bellas Artes,
donde fue alumno del pintor Sabogal. La pintura de Privat pertenece a la misma
época de Hernán Ponce y Orestes García, también concepcioninos. En 1939 hizo
una exposición de su pintura paisajista en el Campo de Marte, con el auspicio
del alcalde de Lima Dibós Dammert. El diario “El Universal” se ocupó en primera
plana del valor de esta exposición, destacando dos cuadros: “Concepción
querido” y “Concepción aborrecido” y los paisajes del Valle del Mantaro.
Trabajó como regente en la Imprenta Gil. En la Litografía Kent
creó un sistema mediante el cual por primera vez en el Perú se separaba los
colores a mano denominándose Linoliumgrafía. En Huancayo hizo una exposición de
este novedoso arte, para entonces, obteniendo de la Municipalidad
premios en diplomas y dinero. Luego recorrió el Perú haciendo facsímiles en
jebe utilizando moldes y herramientas hechos por él mismo. Hombre creativo y de
gran imaginación, construyó su propia máquina
de imprimir y retornó a su lar natal, instalando en Palia una imprenta denominada
“El Cuco”, donde dio a luz en 1950 su periódico “Concepción”, luego se trasladó
al jirón 9 de Julio con el nombre de Imprenta “Toledo”, allí publicó varios
cancioneros con el nombre de “El zorzal” y “El chihuaco”. El 10 de enero de
1960 fundó conjuntamente con Raúil Tazza Cevallos dos diarios que tuvieron vida
paralela durante cinco meses: “La
Voz ” de Concepción y “La Tarde ” de Huancayo.
En 1957 publicó en Huancayo un libro con
el sugestivo nombre de “Llaves del destino”. Su contenido es un conjunto de
frases y refranes, estructurado de manera paciente en base, principalmente, al
saber y experiencia de un hombre de trabajo y de ingenio. La elección del
nombre no es casual, obedece a una intencionalidad del autor, porque si el
lector llegara a comprender el mensaje de cada pensamiento y lo pusiera en
práctica habría encontrado, ciertamente, las llaves de su propio destino,
porque en cada frase que contiene la obra, uno se encuentra ante una
determinada circunstancia de la vida, constituyendo una valiosa enseñanza para responder
con éxito en las más diversas ocasiones. En 1970 publicó la segunda edición de
este libro y hacia el año 2002 se aprestaba a sacar una tercera edición
corregida, aumentada y actualizada, pero parece que el tiempo le ganó. Sería
bueno que los hijos, en homenaje a su diligente padre, completaran esta tarea.
En Concepción fundó el club “Tres de
Marzo” y fue su primer presidente y padrino de la colocación de la primera
piedra para la construcción de su local. Fue presidente de la Asociación de
panaderos, cuando se vendía el pan de anís desde Jauja hasta Huancayo. Según
contaba don Luciano, esta Asociación, con su presidente a la cabeza, abrió la
avenida que hoy lleva el nombre del Héroe de la Resistencia , Mariscal
Andrés Avelino Cáceres, desde el jirón Bolognesi hasta la línea férrea, pese a
la oposición de su propietario, el cura Villacrez, constituyendo un hito
importante en el progreso del pueblo.
Durante el primer gobierno de Manuel Prado
trabajó en la imprenta de palacio de gobierno, gracias al enlace propiciado por
don Ponciano Iporre Beltrán, otro gran concepcionino con quien el pueblo está
en deuda. De esa experiencia, decía que el Presidente habiendo descubierto que
Privat era un gran pintor y un gran tipógrafo le ofreció un viaje a Europa en donde
podría consagrarse como artista, pero don Luciano no aceptó por no dejar sólo a
su padre. En otra ocasión, recordaba, que don Manuel A. Odría no sabía cuáles
eran los campos en que está dividido el Escudo Peruano, para quien los campos
del Escudo estaban ocupados por una llama, un árbol y un cuerno; entonces, don
Luciano se encargó de esclarecer que no es una llama, sino una vicuña, el árbol
de la quina y una cornucopia derramando monedas, con lo cual se ganó la orden
de preparar escudos para todas las dependencias oficiales del país: un contrato
millonario.
Don Luciano contrajo matrimonio con la
concepcionina Elena Caballero. Fruto de esta unión nacieron sus hijos: Cleofé,
Nelly, Vilma, Isabel, Elena, Rocío, Elizabeth, Carlos, Sergio, Jorge, Manuel y
Oscar Privat Caballero. En Lima se estableció, primero, en Pueblo Libre, después
en Barrios Altos y, finalmente, en Lince donde tuvo su imprenta con maquinaria
moderna.
La foto es de 1995.
Lima, 10 de marzo del 2014.
CPP. Lope Yupanqui Callegari.
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