domingo, 12 de octubre de 2014

EL PROBLEMA DEL PERÚ

ECO ANDINO Revista de Cultura /  Lima, 26 de setiembre de 2014.

EL PROBLEMA DEL PERÚ ES DE GOBIERNO

El Perú tiene de todo, salvo alguna excepción, bosques, animales, minerales, petróleo, gas, riqueza hídrica y abundancia de recursos marinos, entre otros; esto nadie lo discute, pero entonces, ¿por qué no sale de su atraso? Ya vamos a cumplir doscientos años de vida republicana y seguimos siendo un país subdesarrollado, mientras que hay países que en mucho menor tiempo han salido de su condición de tercermundista. ¿Dónde está el problema? El problema está en el gobierno. El Perú no ha tenido hasta ahora un grupo humano que fuera capaz de articular un proyecto nacional y gobernar mirando hacia el Perú profundo, donde se encuentra la verdadera peruanidad, un grupo de hombres que administre los ingentes recursos que tiene haciendo posible su desarrollo y el bienestar de los peruanos.

Hagamos un poco de historia, cuando se inicia la República en 1821, el Perú no alcanzó una independencia plena, sólo dejó de depender de España, mientras que las viejas estructuras de dominación de las grandes mayorías quedaron intactas, los primeros gobernantes de la República no hicieron nada por el cambio. En 1836 – 39,  peruanos como Agustín Gamarra y Ramón Castilla, entre otros, se unieron al ejército chileno para poner fin al intento de formar la Confederación Perú Boliviana. En 1879, después de la Guerra con Chile, a causa de la traición de los propios peruanos, jefes y gobernantes, el Perú perdió Arica y Tarapacá, además del cuantioso robo de todo lo más valioso que teníamos, los gobiernos siguientes ¿por qué no pensaron en recuperar esos territorios peruanos hoy ocupados por Chile? Al contrario, en 1895, el traidor Nicolás de Piérola, con la ayuda de Chile, se sublevó contra el Héroe de la Resistencia Andrés Avelino Cáceres, se erigió presidente, el pueblo lo aceptó y se evitó el plebiscito que debía realizarse de acuerdo al nefasto Tratado de Ancón. En 1929, el gobierno de Augusto B. Leguía no tuvo la entereza de defender y recuperar por lo menos Arica; y en 1939 fue elegido presidente Manuel Prado Ugarteche, hijo del traidor Mariano Ignacio Prado que huyó del país en plena Guerra. Hasta aquí y aun hasta la década del 60 ningún gobierno hizo algo para revertir la situación del Perú.

En 1968, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada presidido por el general Juan Velasco Alvarado inició una serie de reformas que pudieron haber favorecido al pueblo peruano, pero al poco tiempo fue traicionado por el golpe militar de Francisco Morales Bermúdez, con el beneplácito de Chile, con lo que vino el desmontaje de todo lo avanzado. A partir del 2001, el gobierno de Alejandro Toledo que debió de restituir la Constitución de 1979, procesar y condenar a cadena perpetua a Fujimori y Montesinos, apresar a todos los militares y civiles que colaboraron con el gobierno que robó y cometió delitos de lesa humanidad durante la década del 90, así como debió proscribir al partido y familiares de ese “gobernante” por lo menos unos veinte años, y cancelar todo lo malo que hicieron en esos diez años, Toledo, ni los siguientes presidentes, desgraciadamente, no hicieron nada de eso; y el 2006 volvió Alan García Pérez, a pesar de que su primer gobierno produjo la inflación más alta de la historia del Perú y que propició el surgimiento del fujimorato, sólo un pueblo desmemoriado pudo haberlo permitido, y ese segundo alanismo cómo terminó, en un escándalo mayúsculo de corrupción y los llamados narcoindultos. Y el gobierno de turno actual, parece que no gobernara el presidente Ollanta Humala, sino el poder fáctico constituido por los grandes empresarios y el ministro de Economía en medio de una corrupción escandalosa de la que no se salva ningún estamento del Estado y cada vez en aumento.

Los poderes legislativo y judicial por demás desprestigiados. Medidas a favor del pueblo, ninguna, salvo el programa de asistencialismo. El Congreso, cuyos integrantes dicen que son representantes del pueblo, no representan sino a los empresarios que financian sus campañas y luego se dedican a toda clase de fechorías, menos a legislar ni a favor del pueblo ni a fiscalizar los desmanes del poder ejecutivo, o si no veamos si hay alguna ley que favorezca a las comunidades campesinas y nativas, si hay alguna condena a las empresas que envenenan los ríos, los pastos y el medio ambiente, ejemplo el río Mantaro, o si se preocupan por aumentar el sueldo mínimo vital, nada de eso, pero sí dan leyes, a veces entre gallos y media noche, que favorecen más a las empresas transnacionales, que actúan sólo por sus intereses, para enriquecerse a costa de nuestros recursos naturales y del trabajo del pueblo.

Por eso decimos que el problema del Perú está en el gobierno. Cuando tengamos un gobierno que sea independiente y soberano, que mire más al Perú y menos a Estados Unidos y Europa y, lejos de la corrupción, piense en el bienestar de sus connacionales, como lo hacen todos los gobiernos del mundo, y administre honradamente sus cuantiosos recursos, entonces, y sólo entonces, podremos empezar a cambiar y trabajar por el desarrollo del Perú, de lo contrario, seguiremos igual y cada vez peor.   

CPP. Lope Yupanqui Callegari

  

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