martes, 2 de agosto de 2011

La Danza de los Auquines

La Danza de los Auquines de Matahuasi


1. Introducción.-

El 07 de agosto del 2006 el entonces Instituto Nacional de Cultura resolvió “Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a la “Danza de los Auquines” de Matahuasi”. Este reconocimiento ha servido para que los naturales de este pueblo y personas conocedoras de folklore le presten mayor atención y se interesen por conocer más acerca de esta milenaria danza.

2. Ubicación de Matahuasi.-

Matahuasi es un distrito de la provincia de Concepción, departamento de Junín. Situado en la margen izquierda del río que da nombre al anchuroso valle del Mantaro, a 3,200 msnm, y al centro entre las ciudades de Jauja y Huancayo. De Matahuasi parte el desvío de la Carretera Central que conduce al histórico convento de Santa Rosa de Ocopa. De Lima, dista 290 Km., de donde se llega por carretera, ferrocarril o por vía aérea hasta el aeropuerto de Jauja.
El pueblo de Matahuasi ofrece excelentes condiciones para hacer turismo, sobre todo el turismo vivencial. Su suelo completamente plano está bañado por tres ríos: el Mantaro, el Achamayo y el río Seco, además de la torrentera de la Lloclla y los manantiales de San Juan de Yanamuclo y del Hondovado. Produce en forma natural el níspero, extraño fruto cuya abundancia se da en plena sequía del verano serrano (agosto, setiembre), del cual se extrae ricos productos derivados, como jaleas, conservas, refrescos y cocteles, entre otros.

3. Area de influencia.-

Se cree que los primeros pobladores del valle del Mantaro llegaron de la región selvática y al dejar el nomadismo, en la zona de Matahuasi se establecieron a orillas del río Achamayo, en los lugares llamados Huánchar, Potas, el Barranco y Chimpamarca; a orillas del río Grande o Wankamayu (hoy Mantaro) en Markawillka (hoy Maravilca) y Yanamuclo; y en el cerro de Huamanhuaca y los contrafuertes de Inanya y Orco Punco, formando parte del conglomerado de pueblos de la región Wanka, que vivían en continuas guerras, por eso es que los Auquines utilizando la astucia tomaban la apariencia de viejos como un ardid para engañar y sorprender a sus rivales. Todos eran jóvenes varones camuflados de viejos, (los hombres llamados auquines y las mujeres chacuanas) listos para ir a la guerra o la caza y en sus horas de descanso expresaban su alegría danzando con gracia y donaire al compás del pito y la tinya.

4. Descripción de la vestimenta,-

La danza de los Auquines, a través de la vestimenta, nos lleva a pensar en las formas de vida de los primeros pobladores de Matahuasi y alrededores, nómadas al principio, que vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos; más tarde, trasmitiendo el espíritu colectivista, de solidaridad y cooperación, que fue la base de su organización en el trabajo comunitario y la búsqueda del bien común. Otra característica es que gracias a la experiencia y sabiduría de los mayores pudieron vencer las dificultades frente a las fuerzas de la naturaleza, domesticar los animales, descubrir la agricultura y desarrollarse.
Ninguna prenda de la vestimenta deja de tener una significación, porque todas fueron usadas para poder sobrevivir.
Los auquines (hombres) llevan en la cabeza virrete y un objeto de paja en forma cónica que termina en un mechón de colores, que era usado para confundirse en las lagunas y manantiales con los totorales y matorrales, esperando que allí se posaran las aves para cazarlas, naturalmente, que esto era cuando todavía no se habían inventado otras técnicas para la caza.
La máscara de piel de llama u otros animales de la época, actualmente son más de carnero, con las narices largas y otras señales para causar asombro y dar la apariencia de viejos.
En la espalda llevan un pellejo que les servía para aparentar ser feroces carnívoros y durante las noches en sus largas caminatas les servía de abrigo.
Sus camisas de lana son generalmente de color blanco, con mangas tejidas también de lana multicolores.
Usan pantalones cortos o watrilas de bayeta de color negro y los pies están cubiertos de medias tejidas de lana de color blanco, negro o combinados y llanquis con abundante lana.
En las manos llevan el liwi de cuero que simboliza al instrumento de caza de nuestros antepasados, que consiste en una cuerda con tres puntas terminadas en unas bolas de piedra o de metal, una especie de boleadora, que se lanzaban tras la presa; y un cayado, lloque o palo retorcido o contorneado, como arma de ataque y defensa.
Por último, cada auquín es un museo andante, porque cargan aves y animales disecados simulando lo que habría sido el producto de la caza.
Las chacuanas (hombres vestidos de mujer) usan sombreros o chucos de lana de color oscuro adornados con hierbas y flores.
Máscaras de cuero también con narices largas como las del auquín.
Cotón de color negro con faja en la cintura y mangas de colores o, simplemente, monillos largos hasta la cintura, con mangas igualmente tejidas de lana, y faldellín de bayeta con fustán, y en los pies, ojotas o llanquis sin medias.
La espalda se cubren con una manta pullucata y una de las chacuanas
carga un kipi con el fiambre o shacteo.
En las manos llevan la puchca simbolizando la tarea femenina del hilado y
una azucena de tallo grueso como arma de defensa.

5. Coreografía y música.-

Actualmente la danza se ejecuta formando varias parejas de auquines (hombres) y chacuanas (mujeres), diferenciados sólo por la indumentaria, porque todos son jóvenes varones, al compás del pito y la tinya, instrumentos nativos. Los principales pasos son los siguientes:
1. El pasacalle, es el paso que emplean para trasladarse de un lugar a otro y
al inicio de la coreografía, con movimientos rítmicos dando saltos y haciendo
una serie de escaramuzas.
2. La pasada de manos, es el momento en que se encuentran, se reconocen
y se saludan.
3. La peinada, es el momento en que se avisan de lo que sucede en su
alrededor por la presencia del enemigo o la presa de caza.
4. La cruzada, en este paso se comunican mediante señas sobre la ubicación
del adversario o del objetivo que persiguen.
5. La culebra, en este momento se pasan la voz secretamente acerca de lo
que acontece y de las acciones que van a emprender.
6. La montonada, en este momento cambia el ritmo de la música, es la escena
talvez más importante de la coreografía, en la cual se reunen los danzarines
formando un círculo para tomar las decisiones que convengan, aquí es
cuando una chacuana, personaje con vestido femenino que comanda el
grupo, da las órdenes cantando en quechua,. Este paso parece evocar
aquellas asambleas populares de nuestros antepasados, que todavía se
conserva en las comunidades andinas, en las que practicando la democracia
directa y entre cánticos y bailes acordaban lo que debían hacer por interés y
beneficio comunes.
7. La fuga o remate, es lo que vendría a ser la ejecución de la orden dada en
el paso anterior, momento en el que con un ritmo musical más ágil y movido
el grupo de danzantes se desborda en alegría y cada uno salta y brinca y
hasta alternan situaciones de júbilo con el público. Los varones vestidos de
chacuanas son los personajes más pícaros, quienes al frente de su pareja
hacen quites y piruetas y distintas manifestaciones de agilidad y destrezas y
los auquish o auquines tienen que imitar, produciendo la hilaridad y
admiración del espectador. La danza por tener el carácter de ser belicosa,
imita ciertas actitudes de mofa, contrapunteo y simulacros de caza o
combate pero, sobre todo, es una demostración de agilidad y destrezas.
8. El saludo, es la manifestación de respeto entre ellos y con el público y de
despedida.
9. El shacteo, es el momento final y de convite en que los auquines invitan la
comida y las bebidas del kipi que carga una de las chacuanas, haciendo
participar de la alegría a todo el pueblo.

La música.-

La música de la danza de los Auquines es la melodía del pito y la tinya. El pito o pincullo es un instrumento de viento en forma de tubo con agujeros, especie de flauta hecha de caña. La tinya es un instrumento de percusión como un tambor pequeño o tamboril. La música que invita a bailar dando saltos, tiene tres variaciones principales y bien marcadas: el pasacalle, la montonada y la fuga o remate.
Es importante anotar la singularidad de los Auquines, que desde épocas tribales bailan al compás del pito y la tinya y, actualmente, en pleno siglo XXI, siguen danzando con el pito y la tinya, no se ha adulterado, felizmente.
Explicar esta particularidad corresponde a los especialistas.

Lima, 22 de junio del 2011.

Lic. Simeón Orellana Valeriano CPP. Lope Yupanqui Callegari

1 comentario:

  1. Me interesa hacer un ensayo sobre los Auquines con fines educativos y difundir esta danza. Pero encuentro restringida la información y lo que se consigue en el mismo distrito es muy poco,
    Es una danza muy linda que demuestra la valentía de nuestros antepasada ante la colonización, la conquista y los atropellos que todo una vida a tenido nuestro territorio. Por eso se debe mantener esta cultura de generación en generación.

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